El CEO Lombardi se había retirado de la compañía apenas hacia un año, sus hijos se habían quedado a cargo desde entonces, Más sin embargo siempre estaba ahí para cualquier cosa, si necesitaban ayuda en algún consejo, algún problema, o lo que fuere, él estaría ahí para ellos. — ¿Qué pasa, cielo? ¿Vas a salir a esta hora? — Adriana De Lombardi, la madre de los gemelos preguntaba a su esposo. — Si, los chicos se atoraron en una negociación, tengo que ir a ayudarles, no pasa nada grave cariño, quédate tranquila y duerme, no me esperes despierta. — ¿Estás seguro que todo está bien? No me mientas Donovan. — Estoy seguro, ven aquí, dame un beso. — El CEO dejó un suave beso a su esposa y se dirigió al armario a cambiarse, ya estaba en pijama a punto de dormir, no se esperaba esa llamada de su hijo. Pronto el empresario salió a toda velocidad en su coche, no vestía de traje pero si de ropa costosa de vestir. El padre llegó al lugar y entró a buscar a sus hijos, Dominic lo miró
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