Los jóvenes CEOS ya habían acabado con la poca paciencia del CEO ruso, si no corrían por su vida y los atrapaba, les daría una paliza. La puerta del despacho se abrió de pronto dejando salir despavoridos a los orgullosos empresarios como si fueran los niños que habían jugado en esa misma sala de estar en el pasado. Se les veía correr por toda la enorme sala a los entrajados y apuestos CEOS, Sergey estaba detrás de ellos para enseñarles que a él se le respetaba. No iba a permitir que le robaran los huevos al águila. — ¡Señor Ivanov, Calmese por favor, solo vinimos a hablar con usted! — ¡No les voy a dar a mis hijas, demonios del infierno, sé muy bien como son, y que carácter tiene cada uno de ustedes, así que no me van a convencer! En ese momento Alexander, Aleksey y Alexandro, vestidos también de traje, llegaban para encontrarse con tremenda escena. — ¡¿Qué está pasando aquí?! Papá, ¿Por qué estás persiguiendo a los trillizos Valentain, y a los gemelos Lombardi? ¿Qué
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