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Todos los capítulos de La protegida de Bastien: Capítulo 221 - Capítulo 230
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Mi dulce Kitty, al fin en mis manos
Bastien salió directo a donde tenía a Kate. Entró y sus hombre lo miraron, era una cabaña en medio del bosque.— ¿Aún duerme?— Sí jefe, dormirá hasta mañana.— Está bien, tomen sus puestos. — Sí señor.Bastien entró y miró a Kate en una cama, tenía una manta sobre ella, dormía profundamente, se sacó el abrigo y los guantes de cuero, se agachó y acarició su rostro, tomó una foto y se la mandó a Ara.— La tengo — el mensaje no demoró en ser respondido.— Bastien eres el mejor, siempre supe que la encontrarías.— Lucca va en camino y te dará detalles.— Cuídala— Con mi vida.Bastien guardó su celular y acarició su cabello, se acostó a su lado y besó su frente, su mejilla, sus labios. La apretó contra su pecho, lágrimas empezaron a caer, pero esta vez de felicidad.— Kitty, te extrañé tanto, al fin te encontré, te prometí que te encontraría mi amor, al fin te tengo en mis brazos, te amo Kitty, te amo con todas mis fuerzas, no soy nada sin ti.Kate al sentir su aroma se acurrucó inconsc
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Rescatando a Kate.
Se hizo la noche, Kate estaba acostada cuando sintió disparos, y gritos, se asustó y se pegó en al respaldo de la cama, la puerta se abrió y entró un hombre con pasamontaña— ¿Señora Katherine Thomas?— Sí soy yo.— Me contrató su esposo para rescatarla en caso de que algo le pasara venga conmigo antes que lleguen los otros hombres.— ¿Cómo sé que no me quieres matar?— ¿Quiere averiguarlo quedándose aquí?— No.— Deme su manoKate extendió la mano y el hombre la sacó rápido de ahí, en el piso vio hombres muertos mientras se escuchaban disparos, él la cubrió con su cuerpo y siguió corriendo por el bosque.— ¿Dónde me llevas?— Corre y después preguntas.— El hombre la sujetaba firme de su mano, se sintieron disparos y él la volvió a cubrir con su cuerpo disparando varias veces y siguieron corriendo por un largo rato, al ver la carretera había un auto.— Súbete. — Kate obedeció y el auto se puso en marcha.El hombre manejaba rápido por la carretera, al cabo de unos minutos le pasó el a
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Los ojos Ámbar que me ponen nerviosa.
Una vez en la cocina, Bastien empezó a moverse como siempre entre ollas y vegetales cocinando para ella, se sentía tan familiar que Kate empezó a sonreír, su corazón latía al ver a ese hombre cocinar tan bien.— ¿Cocinas desde mucho?— Sí, aprendí de pequeño, debía cocinarme mis alimentos y ¿tú cocinas?— Sí, pero no mucho, aunque tengo una especialidad.—¿Sí? ¿Cuál?— Galletas.— Wow yo amo las galletas.— Entonces como tu preparas la cena yo prepararé el desayuno.— Me encanta la idea. — Bastien suspiró — Kate...— ¿Mmm?— ¿No huirás de mí cuando duerma? ¿Me tienes miedo?? — Kate se quedó en silencio.— La verdad es que después de cómo me protegiste en ese bosque yo siento que estoy segura contigo.— Prometo cuidarte siempre Kate — Esa frase movió algo en el corazón de Kate que la hizo emocionarse.— Gracias Bastien. — Bastien al sentir a voz quebrada de Kate se giró y vio que lágrimas amenazaban con caer, tomó un pañuelo y caminó hacia ella, secó sus lágrima con cuidado mientras l
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Día de compras con Kitty.
Kate despertó temprano y se levantó se puso la misma ropa del día anterior y volvió a inhalar el aroma de la camisa de Bastien, de verdad que ese hombre la estaba atrayendo demaciado, pasó por la habitación de Bastien y no estaba. La cama estaba desecha así que la tendió, toda esa habitación olía a él. Fue a la cocina y empezó a preparar el desayuno, la puerta se abrió y entró Bastien sudado con un polerón con gorro y buzo.— Buenos días princesa, te levantaste temprano.— Sí debía preparar el desayuno — Bastien sonrió y tomó un plátano y lo comió, estaba sudado, y Kate lo miraba con detenimiento, era muy guapo a pesar de usar ropa deportiva.— ¿Dónde estabas?— Fui a correr.— Oh, entiendo — Kate le dio una sonrisa.— Iré a bañarme y te acompañaré a desayunar.— Está bien.Kate cocinaba cuando una araña apareció en la pared, y dio un grito tan fuerte que Bastien salió corriendo solo con toalla— Kate, ¿estás bien?— Una araña, es gigante, mátala, mátala.Kate se escondió detrás de Ba
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Bailando bajo la lluvia.
Pasaron los días, Kate y Bastien se complementaban en todo, él parecía saber todos sus gustos y eso la descolocaba, cuando él empezaba una frase, ella la terminaba, y así, eran como magnetos, se movían en sincronía, cada día que pasaba Kate quedaba más prendada de Bastien dejando en el olvido a Nick.No pudo evitar compararlos, en una semana Kate había conectado más con Bastien que en 6 meses con Nick, con él siempre todo era forzado,extraño, frío, en cambio con Bastien su cuerpo reaccionaba a cada pequeño detalle que él tenía.Su aroma, su voz, la manera que tenía de sostenerla suavemente, el rose de sus manos, se suponía que debería estar triste por la muerte de su esposo, pero no sentía nada, solo paz al lado del hombre que la cuidaba como si fuera una princesa de porcelana.Kate salió de la habitación y no encontraba a Bastien, notó la puerta del jardín entrejunta y salió, Bastien estaba debajo del borde del techo con las manos en los bolsillos mirando hacia el cielo.— Bastien…
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Parque de diversiones.
Pasaron los días y Kate necesitaba más cosas, así que decidieron salir a comprar, ese tiempo después que Kate le robara un beso pensando que estaba dormido, había sido más cercana, siempre habían miradas furtivas, sonrisas tiernas, roces que hacían sonrojar a Kate, Bastien la cuidaba como su princesa, como siempre la había cuidado y ella se sentía protegida.Iban camino al centro comercial mientras Kate miraba hacia la calle, llegaron y Kate caminaba junto a Bastien, se dio cuenta que él no pasaba desapercibido y las mujeres le sonreían, pero él ni se inmutaba, eso no evitaba que sintiera celos, pero no podía demostrarlo.— Kate, me dijiste que querías comprar lencería, toma mi tarjeta, yo iré al baño para darte privacidad, ¿está bien?— Gracias Bastien — él sonrió y se fue dejándole la tarjeta.Kate entró a la tienda y compro todo tipo de lencería, compró una que encaje negro, pensando en mostrársela a Bastien, se sonrojó automáticamente al verse comprando lencería para que él la dis
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La pequeña princesita de papá
Llegaron a la casa y Kate se había quedado dormida, Bastien la miró con amor y sacó un mechón de su rostro, su Kitty seguía siendo la misma. Bajó del auto y abrió con cuidado, la tomó en sus brazos y la llevó a su habitación, la acostó con cuidado y sacó sus zapatos.— mmm Bastien…. — Kate lo llamó entre sueños y Bastien no pudo evitar sonreír, se acercó a ella y besó su mejilla— Aquí estoy Kitty, por favor vuelve a mí. — besó su frente y se fue al auto, bajó todas las bolsas dejándolas en la habitación de Kate, revisó la bolsa de la lencería que había comprado hoy y había conjuntos muy parecidos a los que usaba con él, eso lo hizo sonreír.— Kitty si compras esto es porque quieres que yo los vea, eso me gusta. — terminó de dejar las bolsas y cubrió a Kate, juntó la puerta dejándola entreabierta y fue a cocinar.— En poco tiempo la casa estaba inundada con aroma a comida que despertó a Kate, abrió los ojos y estaba acostada, arropada con una manta, se sentó y vio todas las bolsas all
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El beso.
Bastien se movía de un lado a otro sacando precios y etiquetas. Dobló los pantalones por color, las blusas por tamaño y las faldas por estampado.—Cielos, doblas la ropa tal cual como yo lo hago.—¿De verdad? Eso es solo suerte. Te ayudo con esa ropa.—¡NO! Esa ropa es privada.—Oh… es tu lencería, la ropa prohibida. — Bastien bromeaba haciendo que Kate se sonrojara.—No me molestes, me da vergüenza.—Está bien, no te molestaré —dijo con una sonrisa traviesa mientras tomaba la bolsa.Kate corrió para quitársela.—¡Dámela, Bastien! ¡Pásamela!—Alcánzala —contestó levantándola en alto.Kate saltaba tratando de alcanzarla. Bastien la sujetó por la cintura para evitar que cayera. Sus miradas se cruzaron, y el corazón de Kate dio un brinco. Bastien dejó caer la bolsa al piso sin apartar los ojos de los de ella. Su mano fue a su mejilla.Kate sentía su corazón latir con fuerza cuando Bastien se inclinó y rozó sus labios.—Perdón, Kate… —susurró antes de darle un beso suave.Kate se afirmó d
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Otra vez mía
Sus cuerpos se buscaban, se reconocían. Bastien desabrochó su camisa dejando un reguero de besos, y Kate sentía cada caricia como electricidad en la piel.—Bastien… —susurró.Él se detuvo, mirándola a los ojos.—¿Quieres que me vaya?—No… no sé qué me pasa contigo. Pero todo esto se siente tan… correcto.—Te amo, Kate —le dijo con sinceridad.Kate sonrió. Esas tres palabras fueron un bálsamo para su alma. Lo atrajo y lo besó con más necesidad. Sus manos bajaron hasta acariciar su erección, y Bastien gruñó.—¿Quieres esto? —preguntó él, con la respiración agitada.—Sí.—No importa cuán lejos hayamos llegado… si te quieres detener, solo dímelo.—No quiero detenerme, Bastien.Él la desnudó con suavidad, dejando besos y caricias. Devoró sus pechos, besó su abdomen. Kate lo acariciaba, sintiendo lo duro que estaba bajo su pijama. Él tomó su mano y la retiró.—Quiero disfrutar de ti —le susurró.Besó sus muslos, le quitó las bragas y se perdió en su centro. Kate gemía su nombre, se retorcía
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Recuerdos de una vida feliz.
Amanecía, y Kate seguía envuelta en los brazos de Bastien. Su aroma, su piel... todo en él le gritaba que era suyo y ella suya. La manera en que la miraba no dejaba lugar a dudas. Le costaba creer que había olvidado a su pequeña hija. Una niña de solo cuatro años obligada a vivir una situación tan difícil.Pensó en cada paso que Bastien había dado: desde escribir una carta en revistas por toda Europa con la esperanza de que ella la leyera, hasta fingir ser su guardaespaldas para enamorarla de nuevo. Y lo había logrado. Kate se había vuelto a enamorar de Bastien con toda su alma.Alzó la mirada. Bastien parecía dormido… o eso creyó ella. Lo acarició suavemente, rozando sus labios. Bastien sonrió y dejó un beso en sus dedos.—Estás despierto —murmuró ella.—Puedo sentir cuando despiertas, Kitty. Llevamos cuatro años durmiendo juntos —respondió con una sonrisa, aún con los ojos cerrados.—Dame un beso…Bastien la miró y le reclamó sus labios con ternura.—Buenos días, princesa.—¿Puedo v
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