Pasó el día, Bastien había aprovechado cada minuto en estar con su amada Kate, la llenaba de besos, la cuidaba, acariciaba su piel, Kate solo se entregaba, el tacto de su piel era tan delicioso que le encantaba, se descubrió acariciándolo y adorándolo de una manera que jamás creyó.Todos los recuerdos perdidos hacían eco, su mente estaba vacía pero su cuerpo y su alma sabían donde ir y qué hacer.Bastien la tenía abrazada agitado después de todo un día de hacer el amor, de entregarse en cuerpo y alma, de fundirse en uno solo, luego sonrió y acarició su mejilla con su nariz.— A que se debe esa sonrisa.— A ti, a qué más, eres mi perdición y mi vida, mi luz en medio de la oscuridad, tenerte entre mis brazos me hace feliz después de tanto tiempo lejos.— Hemos estado casi un mes juntos Bastien.— Pero no así, no podía besarte, ni tocarte, ni acariciarte, ni hacerte el amor todas las veces que quería, ¿sabes cuantas veces tuve que saciar mis deseos en la ducha?— Bastien… — Kate le dijo
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