VerónicaTodos estaban acurrucados cerca de la puerta, esperando. En silencio, asustados y muy impacientes. El aire estaba impregnado de una sensación de miedo, aunque también vibraba de emoción. Podía decir que este había sido el momento más esperado por todos.Miré a mi alrededor y vi rostros que ya me resultaban familiares. Velbert me había traído a casa de los Selassie hacía casi dos semanas. Pensé que, después de dejar la finca de Selensky, podría empezar una nueva vida, lejos del miedo y del dolor, lejos de mi pasado.Sin embargo… todavía me atormentaban los recuerdos que poco a poco iban estrangulando mi vida. Quería decir que se había vuelto más fácil con el paso de los días, pero cada vez que cerraba los ojos, Clementina era todo lo que podía ver. Su rostro, sus lágrimas… temblando y sangrando mientras se deslizaba por el suelo en señal de sumisión. Aguardando su destino.Fue la última imagen de ella que tuve grabada en mi cabeza.El último recuerdo de mi único amigo.Nunca q
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