Todos los capítulos de Atada a un Matrimonio con el CEO Mafioso: Capítulo 71 - Capítulo 74
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Capítulo 71 —Aprender a esperar
Capítulo 71 —Aprender a esperarNarrador:El viento golpeaba suavemente contra las ventanas, llenando la habitación con un eco distante. Franco estaba sentado en la butaca junto a la cama, con los codos apoyados en sus rodillas y las manos entrelazadas. No había hablado en los últimos minutos, no porque no tuviera qué decir, sino porque no sabía cómo decirlo. Lorena estaba despierta, con la mirada perdida en un punto indefinido del techo, su expresión impenetrable.No era la primera vez que la veía así. Desde que había despertado en el hospital, había momentos en los que parecía estar allí con él y otros en los que se perdía en algún lugar oscuro dentro de sí misma. Y Franco lo odiaba. Odiaba verla así. Odiaba no poder simplemente arrancarle el dolor, la incertidumbre, la sensación de fragilidad que intentaba ocultar pero que él podía ver en cada uno de sus gestos.—¿Cómo te sientes? —preguntó al fin, rompiendo el silencio.Lorena parpadeó, pero no lo miró.—No lo sé —respondió con vo
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Capítulo 72 —No sé cómo estar contigo
Capítulo 72 —No sé cómo estar contigoNarrador:El dormitorio estaba en penumbra, solo iluminado por la lámpara tenue sobre la mesita de noche. Lorena estaba recostada sobre el colchón, con una manta ligera cubriéndole las piernas, mirando la ventana sin ver realmente nada.Cuando la puerta se abrió con suavidad, supo quién era antes de que hablara.—¿Estás despierta? —preguntó Luigi en voz baja, asomando apenas la cabeza por la puerta.Lorena giró lentamente la cabeza hacia él y asintió con un leve movimiento.—Pasa.Luigi cerró la puerta detrás de sí y caminó hasta la silla junto a la cama. Se sentó con las manos entrelazadas, los codos apoyados en las rodillas, y soltó un suspiro pesado antes de hablar.—Necesitaba verte a solas.Lorena arqueó una ceja, ladeando la cabeza con curiosidad.—¿Por qué?Luigi frunció el ceño y bajó la mirada a sus manos, como si le costara encontrar las palabras.—Porque tengo que decirte algo —respiró hondo—. Y es que lo siento.Lorena parpadeó con sor
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Capítulo 73 —La había amado con el alma.
Capítulo 73 —La había amado con el alma.Narrador:Los días pasaron, y aunque la tormenta no había desaparecido del todo, Franco y Lorena encontraron una forma de moverse dentro de ella. No era fácil. No después de todo lo que había pasado. Pero él estaba ahí, siempre presente, siempre atento, ofreciéndole su amor en silencios, en gestos pequeños pero constantes.Nunca la presionó, nunca cruzó un límite.Se sentaba con ella en el jardín cuando el aire fresco le ayudaba a respirar mejor. La acompañaba en sus caminatas dentro de la casa cuando los médicos le indicaron que debía empezar a moverse más. Se aseguraba de que comiera, de que descansara, de que se sintiera segura.Y, aunque no lo decía, ella sabía que dormía en el sillón de su habitación cada noche, velando su sueño en la penumbra.—No tienes que quedarte aquí todas las noches —le susurró una vez, en medio de la oscuridad, cuando escuchó el crujido leve del sillón bajo su peso.Franco tardó en responder.—Lo sé.Lorena mantuvo
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Capítulo 74 —Me duele respirar cuando no estás conmigo
Capítulo 74 —Me duele respirar cuando no estás conmigoNarrador:Franco se separó apenas lo suficiente para mirarla a los ojos, pero no la dejó ir. Con un movimiento lento y cargado de necesidad, la atrajo de nuevo contra su cuerpo, envolviéndola con sus brazos, asegurándose de que sintiera su calor, su protección, su amor.Lorena, lejos de sentirse incómoda, se dejó sostener. Se acurrucó contra su pecho, cerrando los ojos por un instante, dejándose envolver por la seguridad que él le brindaba. El latido fuerte y constante de Franco resonaba bajo su oído, y eso le trajo una paz que no había sentido en mucho tiempo.Él deslizó una mano por su espalda desnuda, acariciándola con una ternura que contrastaba con su fiereza habitual. Besó su cabello, dejando que su aliento cálido se mezclara con el aroma de ella.—¿Estás bien? —su voz era un susurro grave, ronco aún por la intensidad del momento.Lorena asintió contra su piel, disfrutando la sensación de su pecho subiendo y bajando con cada
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