No pierdo el tiempo, no quiero que cambie de opinión y por eso, corro hacia mi habitación para bañarme nuevamente y colocarme la mejor ropa que tengo. Sintiéndome inmensamente feliz, me maquillo y peino tan rápido como puedo para salir lejos de aquí.Sin embargo, Arnold parece prepararse mucho más rápido que yo, porque toca a la puerta y después de mi aprobación viene con un pequeño cofre misterioso del que no puedo quitar la mirada.— Hola.— Si viniste para decirme que ya estás listo, yo…— No, nada de eso, eres la cumpleañera, podemos irnos cuando desees. Así que, puedes tomarte tu tiempo.— Gracias, Arnold.— En realidad, yo vine hasta aquí fue porque deseo darte mi regalo de cumpleaños. El primero de muchos. — dice Arnold abriendo la caja para mostrarme un hermoso juego de collar, aretes y dos pu
Leer más