CAPÍTULO 12: POR CURIOSAErikLa pequeña humana se está convirtiendo en un problema que no puedo ignorar. Por un momento me pareció absurdo, incluso adorable, que creyera que caminando en puntillas iba a pasar desapercibida. Pero la diversión terminó cuando sentí sus latidos erráticos. No solo los escuché, los sentí, como si su desesperación se hubiera conectado directamente a mi pecho.Y entonces, su pensamiento llegó claro en mi mente como un grito desesperado: “Por favor, di que no”.En trescientos años, nadie, ni siquiera otro Alfa se había atrevido a ordenarme algo, mucho menos una humana.Termino la reunión con los viejos del consejo, más irritado de lo habitual, y me lanzo hacia su habitación. Su aroma aún impregna el aire, dulce y perturbador, pero ahora mezclado con la amargura de sus lágrimas y la desesperación. Esa angustia me persigue, me envenena. Lo de anoche fue un error monumental, y sin embargo, aquí estoy, incapaz de dejarlo pasar.Abro la puerta de un golpe, y el so
Leer más