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Todos los capítulos de El Imperio De Las Sombras : Capítulo 41 - Capítulo 44
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Capítulo 41
La habitación estaba bañada en una luz blanca que se sentía opresiva, como si el espacio mismo estuviera observándonos. Los documentos, perfectamente alineados sobre la mesa central, parecían burlarse de nuestra presencia. Sabíamos que no serían fáciles de obtener, y menos con Ferri controlando cada movimiento.De los altavoces volvió a resonar su voz, esta vez más pausada, pero cargada de veneno.—Luciano, ¿realmente creías que podrías vencerme? Has jugado bien tus cartas, pero olvidaste una regla básica: siempre hay alguien mirando.Luciano escaneó la sala con los ojos entrecerrados, su postura rígida pero lista para atacar.—¿Y qué clase de maestro del juego se esconde tras las sombras? —respondió, su voz cargada de desprecio—. Si realmente crees que tienes el control, Ferri, sal y demuéstralo.Una risa áspera llenó la sala, y de pronto, las paredes comenzaron a moverse. Paneles se deslizaron hacia un lado, revelando monitores que mostraban nuestra ubicación desde distintos ángulos
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Capítulo 42
La luz de la mañana era tenue cuando nos reagrupamos en un pequeño puerto pesquero al norte de Portovenere. El ambiente estaba cargado de tensión. Ludovico, herido pero estable, descansaba en el asiento trasero de una camioneta. Vittoria permanecía en silencio, observando el horizonte con un aire ausente, mientras yo revisaba los archivos extraídos en la operación.No podía quitarme de la cabeza la imagen de Luciano desapareciendo entre las llamas. Habían pasado apenas unas horas desde la explosión, pero cada minuto se sentía como una eternidad. La posibilidad de que él estuviera muerto era como una daga en mi pecho. Sin embargo, algo dentro de mí se negaba a aceptarlo. Luciano era un superviviente. Siempre lo había sido.El rugido de un motor rompió el silencio, y mi corazón se detuvo por un instante. Me giré, viendo cómo un viejo Jeep se acercaba al muelle, cubierto de polvo y barro. Reconocí al conductor incluso antes de que saliera del vehículo: Luciano.—¡Luciano! —grité, corrien
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Capítulo 43
El aire de Portovenere estaba impregnado del aroma a sal y a pólvora que aún parecía flotar tras la batalla final contra Ferri y Bella. Aunque las heridas físicas comenzaban a sanar, las emocionales seguían latentes. Había un peso en mi pecho, uno que me recordaba lo cerca que habíamos estado de perderlo todo.Luciano, con vendas aún visibles en sus brazos y una sombra de agotamiento en su rostro, se mantenía cerca de mí. Nos habíamos refugiado temporalmente en una pequeña casa costera que Bruno había asegurado, un lugar sencillo, pero suficiente para descansar tras la tormenta.Esa noche, sin embargo, la paz fue rota por un dolor repentino que me recorrió como un relámpago. Al principio pensé que era el estrés acumulado, pero cuando el segundo calambre llegó, supe que esto era algo diferente. Algo más profundo.—Luciano —murmuré, agarrándome del borde de la mesa.Él se giró inmediatamente, su rostro pasando de la calma a la alarma en un instante.—¿Qué sucede? ¿Estás bien?—No lo sé.
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Capítulo 44
Dos años después...El sol del mediodía caía sobre la villa, ahora más viva que nunca. Los jardines, antes llenos de huellas de batalla y heridas invisibles, ahora florecían con tonos vibrantes. La casa, que alguna vez había sido un refugio, se sentía ahora como un verdadero hogar.En el patio trasero, Bianca estaba sentada bajo un árbol, con una mano descansando sobre su vientre ya notablemente redondeado. Ludovico estaba a su lado, tallando un pequeño juguete de madera con la precisión y paciencia que pocos conocían en él.—¿Sabes? —dijo Bianca, rompiendo el silencio—. Nunca pensé que te vería haciendo algo tan... paternal.Ludovico no levantó la vista, pero una ligera sonrisa se formó en sus labios.—Y yo nunca pensé que sería padre. Supongo que ambos estamos descubriendo cosas nuevas.Bianca rió suavemente, una risa llena de paz.—¿Crees que seremos buenos en esto? —preguntó, con una pizca de duda.Finalmente, Ludovico dejó su talla a un lado y la miró directamente.—No lo sé. Per
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