Llegué a la clínica y el ambiente era desolador, mi esposa y mis hijas corrieron a nuestros brazos y estallaron en llanto, era muy difícil tratar de mantenerse sereno. Kamila no hacía más que culparse por lo que le había pasado a nuestra hija, si ella supiera lo culpable que me siento yo, por no haberla protegido, nunca debí haber dejado que viajaran solos y nunca debí confiarme en esos desgraciados. Creo que tantos años fuera de peligro nos pasaron factura, pero eso no volverá a suceder… juro que mataré a la primera persona que represente un riesgo para nosotros, no importa de dónde venga o qué clase o estatus social posea, simplemente lo haré.—mi amor debes pasar, ella quiere verte… No ha dejado de gritar tu nombre, solo quiere estar contigo, Adriano salió hace un par de horas por un café y nos dijo que ella estaba dormida, pero lo más probable es que ya se encuentre despierta nuevamente, adelántate tú y que luego vayan nuestros hijos.—mi esposa estaba teniendo pesadillas, porque
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