Subimos a la limusina y llevé a mi esposa al muelle donde está la primera sorpresa de la noche— ¡pensé que no tendría luna de miel!—ja, ja, ja, por supuesto que tendremos… Es más, estaremos los próximos tres meses de viaje —¿estás loco? ¡Tengo trabajo que hacer!—traje tus equipos, así que no tienes nada de que preocuparte, pero solo te dejaré trabajar un par de horas al día y eso será para el segundo mes porque quiero tenerte treinta días para mí solo.—ja, ja, ja, pasarás toda una vida conmigo —¡eso lo sé…! Pero no es lo mismo, eso te lo puedo asegurar, es más, todas las parejas suelen extrañar la luna de miel, no quiero que eso nos pase a nosotros, ahora somos una familia y mientras estemos juntos todo estará bien—¿para dónde vamos? —es una sorpresa, estamos por llegar… Ahora deme un beso, señora Vannucci, me senté en las piernas de mi marido y le planté un beso.—mi esposa tiene una mezcla que enloquecería hasta el más fuerte de los hombres, por un lado, está la mujer fuerte e i
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