Cuando los Salvatore se fueron de mi oficina, me vine a la casa para descansar un poco y arreglarme para el compromiso de esta noche.—hijo te noto pensativo, ¿ya te arrepentiste?—sabes, pensé que lo que más quería era librarme de este compromiso, realmente lo creía con toda mi alma, pero hoy su familia se presentó en mi oficina y me liberaron de él, así como lo escuchas… pero no fui capaz de hacerlo, aunque lo dudé. La oferta era muy tentadora, no te niego que casi la tomo, pero cuando me dijeron que no podría verla nunca más, algo dentro de mí se movió, solo en ese momento entendí que no sería capaz de cumplir con eso, aun cuando ellos me estaban poniendo lo que yo creía que quería en mis manos.—ja, ja, ja, estás enamorado Adriano, ningún hombre desperdiciaría esa oportunidad que te dieron a ti, si esto fuese con otra mujer estoy seguro de que ya te encontrarías bien lejos, no hubieses dudado ni un instante en tomar la oportunidad que te estaban dando, lo que me sorprende es que l
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