- ¡Hay Dios! ¡Hombre de hierro! –Gime la mujer.- No grites –Responde el hombre.Pero, aun así, sus gemidos no escapan de los oídos agudos de Alex.El chico desde el otro lado de la puerta forma una extraña sonrisa- “De ahora en adelante tendré que tener cuidado con el jefe, al parecer encontró quien lo haga perder la cabeza” –Suspiro con picardía y se alejó por fin de la habitación al obtener la clara respuesta de su jefe desde adentro.Ambos gimen de placer mientras encuentran su ritmo, él coloca la palma de su mano en el estómago de la mujer y utiliza la fricción de su pulgar sobre ella mientras se mueve.- Hazlo ¡sí! ¡oh! –Gemidos de un hombre y una mujer llenan la habitación, se tumban en el suelo mientras el placer se extiende por sus cuerpos, una ola casi incontrolable de placer los consume.Leandro y Sheila son un conjunto vibrante de células de placer.La libido de la mujer aumenta y el clímax se aproxima rápidamente, en ese momento el hombre fornido, derrama su semilla

Mientras este par se ponían al día, el hombre frente a ellos arrugo un poco su entrecejo, esta mujer era desconocida para él, pero al parecer todos a su alrededor conocían de ella más que él, que había sido su hombre ya más de una vez.Con ese pensamiento poco grato, interrumpió con una leve tos la emocionante conversación del encuentro de la pareja, haciéndole señas a Alex para que pusiera en la mesa el archivo.- Leandro, somos socios y también amigos, no hay necesidad de apurar las cosas, debemos ponernos al día primero –Hablo el señor Brown con obvia insatisfacción, ahora solo quería pasar el tiempo con la bella sirena de sus sueños.- Bella sirena, podemos ir a dar un paseo y ponernos al día –Esta vez el señor Brown le hablo a Sheila.Ella estaba un poco confusa y al ver el rostro de su jefe sin ninguna emoción, ella pensó que no estaría mal, pero aun así era un día de trabajo, no debería ser inoportuna después de que su jefe salvara su vida, tenía muy en cuenta que este trato

El hombre aparta lentamente las manos de las caderas de la mujer, luego da un paso atrás y mira el conjunto que la mujer lleva puesta, aunque Leandro nunca fue observador de las mujeres, si les gustaba que por lo menos tuvieran una buena presencia, después de todo para él seria como la primera cita con una mujer en su vida esa noche, la cita que nunca había tenido y ahora esta mujer era una afortunada al ser parte de eso, según él, la mujer debería sentirse en el quinto cielo de los sueños cumplidos.- Parece que has cambiado tu forma de vestir, ¿ya no sientes frio? –Se burló el hombre descaradamente de la mujer.Cuando ella intentaba buscar palabras para refutar al mal hombre, Leandro puso un chal sobre sus hombros, ella lo agarro instintivamente.- Lo traje pensando si tenías frio - Dijo el hombre.Su mirada se tornó algo cálida, produciendo una sensación extraña en la mujer, casi al punto de conmoverla, ella no sabía cómo explicarlo, ¿porque pensó en ella? ¿acaso él dejo la nota?

Sheila solo quería terminar rápidamente lo que fuera que tuviera que hacer con el hombre malvado, después de eso no tendrían nada que ver el uno con el otro, si es verdad, no tenían sentimiento en este caso, pero las horribles palabras que dijo el hombre, hirieron profundamente a la mujer sobre la cama.¿A qué clase de mujer como ella se refería?Una lagrima perdida vago por el rostro de la mujer cruzando su mejilla hasta gotear en el edredón de la cama.La mirada del hombre se volvió más profunda, él podía aguantar todo de ella y escuchar las estupideces que ella decía, pero verla llorando le producía un dolor que nunca había sentido, una mezcla de ternura teñida con una agradable sensación de incredulidad, paso por los sentidos de Leandro.Él pellizco suavemente la mejilla de la mujer, limpiando el rastro de la fugaz lágrima, dejando su mano en la cara de la mujer por más tiempo del necesario.Luego llevo un dedo a los labios de la mujer y los froto suavemente recorriendo su labio d

La mujer intrigada por saber qué era lo que pretendía el hombre, decidió seguir su juego, agarro su panty lentamente y la deslizo suavemente entre sus piernas hasta tenerla en sus manos, tiro la tanga dentro de un cajón y lo cerro.Mientras, el hombre miraba cada movimiento de la mujer detrás de una pantalla con una mezcla de satisfacción, ella fue muy inteligente si no hacia lo que él ordenaba no la dejaría en paz ni un solo minuto, cuando hizo lo que le pidió, una luz fugaz paso por los ojos del hombre, estaba muy complacido.- Quizás no sea tan mala idea seguir sus órdenes –Murmuro la mujer hallándose sola en la habitación, Sheila mira por todo lado, incluso saca la cabeza por la puerta de la habitación para asegurarse de que no haya nadie y en efecto no hay nadie por ahí rondando, el hombre desde otra habitación sonríe al ver la graciosa mujer, que es tan ingenua.- Este hombre nunca deja de cabrearme y emocionarme a la misma vez, que será que quiere de mí, espero que el hacer to

Mientras Sheila termina el trabajo de fidelización del contrato que se encontraba en la carpeta que dejo su jefe y el día llega al final, la mujer empieza a darse cuenta de que cada vez está más impaciente, la idea de lo que la estaba esperando en el baño estaba haciendo que quisiera subirse por las paredes.Cuando ella termina su trabajo, salta ligeramente de su silla y corre al baño, dejando la puerta abierta con la emoción a flor de piel, ya no podía esperar más o se volvería loca.Para su fortuna ya había cumplido con lo que debo hacer como toda profesional que era.- ¿Dónde está la bendita nota? –Pensaba ella mientras buscaba, reviso toda la habitación del baño, sin encontrar una señal de Leandro, divisa tres servicios frente a ella. Sin pensarlo, abre todos los portones llena de esperanzas, cuando entra al del medio nota que hay un perchero en el que hay dos vestidos con la otra nota.- Mi regalo para ti. Espero que te gusten tanto como disfrutare yo quitándote esta noche el qu

- Bien, aquí hay un lugar desde el que podemos disfrutar de la puesta del sol, justo ahí arriba –Dijo el hombre, mientras señalaba el lugar del que hablaba, la mujer siguió a Leandro a la zona apartada, lejos de los sonidos de los motores de la autopista, los dos miran una roca saliente que les llama la atención.Leandro se detiene y señala la roca sonriendo, la sonrisa de él fue diferente a la que ella había mirado, fue más suspicaz, como provocativa.- ¿Ahí arriba? –Pregunto la mujer un poco sorprendida, mirando hacia la roca.- Si ¡vamos! –Exclamo el hombre, mientras él, primero subía en la roca, antes de ayudar a la mujer a subir.Desde ahí arriba, el sol se presenta en toda su gloria.- Es bonito ¿verdad? –Habla el hombre admirando el paisaje.- No tengo palabras –Contesta ella, mientras disfruta de los rayos del sol de la tarde, siente el aire suave y placentero rozándole el cabello.- Gracias por traerme aquí… -Habla ella entre su asombro.- Y sigue sin ser la cosa más bo