Habían pasado apenas cuatro días. Y de alguna forma ninguno sentía que en la casa hubiera paz o alegría, habían veces en que Julian se desquiciaba y empezaba simplemente a gritar. Eso asustaba a todos, más a los pequeños. Kate no lo soportaba. Hubiera dado cualquier cosa para que Julian fuese libre de nuevo, libre para ser ese hombre tan serio, formal, y de mirada minuciosa, aquella que tanto conocía, aquella que tanto amaba. « ¿Aun me recuerdas allí adentro? Por favor no me olvides. »Muchas veces tuvo que desobedecer a Ethan y adentrarse en el cuarto. Le gustase o no, ella era la esposa de Julian. Ella iría por su mejor amigo, y nadie iba a impedirle eso.A veces se quedaba por horas hablándole a Julian, quizás con la esperanza que alguna de esas palabras le llegaran. Este jamás le contestaba y a veces hacia el ademan de querer levantarse para cargar contra ella. La cadena se lo impedía, poco a poco fueron soltándoles un poco el agarre al notar las marcas que se estaban formando en
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