La famosa noche de la fiesta había llegado, y para Gabriel, esto significaba el reencuentro con unos ojos verdes.

Gabriel ya se encontraba vestido y arreglado.

Un dia antes, Daniel le había mandado a su casa un paquete con un repartidor. Y había encontrado en esta caja la gran joyita de un traje negro.

-Te ves guapo- le dijo su hermana mientras le dio un leve golpecito con el hombro

Gabriel rio. – Gracias ñaña. – dijo y luego la miro -¿seguro no me necesitas?- le interrogo.-¿Alice estará bien?

-Por favor – dice – ella esta dormida.

-Pero…

– además,-le interrumpió - si llegase a despertar, estoy perfectamente capacita de cuidarla sin ti revoloteando a mi alrededor como un mosquito.

-No soy un mosquito.- se defiende su hermano

-Solo ve a la fiesta, Gabriel- ella rio de él. Y lo incito a caminar hacia la puerta.

Cuando el salió, lo primero que pensó fue en tomar un taxi. Honestamente, no esperaba que un carro ya lo estuviera esperando en la entrada de su casa.

Abrió mucho los ojos, y l