La relación entre Sofía y Alessandro había alcanzado un nuevo nivel. Desde el momento en que compartieron ese último beso, algo se había asentado entre ellos, una seguridad silenciosa que les permitía estar juntos sin la necesidad de palabras. Sin embargo, el peso de la situación de la hermana de Sofía seguía presente en el fondo de sus corazones, y aunque intentaban mantener la esperanza, ambos sabían que lo que enfrentaban no sería fácil.Las visitas al hospital continuaban siendo una constante en la vida de Sofía, pero ahora, con Alessandro a su lado, la carga parecía un poco más ligera. A menudo, se encontraban compartiendo largas horas en los pasillos del hospital, hablando de cosas triviales, a veces solo disfrutando de la compañía del otro. El hecho de que no tuvieran que fingir, que no hubiera pretensiones entre ellos, les permitía construir una base sólida sobre la que sus sentimientos seguían creciendo.Una tarde, mientras caminaban por los jardines del hospital, Alessandro
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