—¡Estás listo! —Alejandro aplaudió. Michael se preparó durante años con su ayuda, solo para escuchar esas palabras por parte de su abuelo. Sonrió, satisfecho, mientras una gota de sudor recorrió su frente. Agarró el trapo que Alejandro le tiró, y se limpió el rostro. —¿Qué debería hacer? —preguntó. —Uff, por fin puedo jubilarme con más calma —Se sobó la espalda, le sonaron unos huesos—. Te enseñé todo lo que debes saber sobre el tráfico de drogas y defensa personal. Dejaré que escojas a tu aliado más cercano, tu mano derecha. Debe ser alguien de confianza, ya conoces a todos en la organización. Michael se quedó pensando, no se le ocurría a nadie en particular. Por fin se había convertido en el líder de la mafia, aunque durante varios meses estuvo actuando como tal, teniendo a su abuelo diciéndole todo lo que debía hacer. —¿Puede ser una mujer? —cuestionó, quitándose la camisa de tirantes, estaba empapada. —¡¿Una mujer?! Alejandro no se lo podía creer. Abrió tanto los ojos, que
Leer más