SELENE BRANDWOLFFinalmente, mi hermana Celeste y yo habíamos llegado a los 18 años. ¡Al fin! El día había llegado, y estábamos tan ansiosas por la fiesta que no podíamos dejar de sonreír. Hoy sería un día para recordar. Todo el instituto estaría en el club, ¡y él también iría! ¿Cómo no iba a estar ansiosa? Además, siendo viernes, tocaba instituto, y al entrar en el enorme y verde edificio de "Bresteh High", nos encontramos con un gran cartel que decía: “Felices 18 Repetidas”. Nos encantó. Lo que sea que nos llamen —clones, gemelas, repetidas—, la verdad es que nos ha caído bien. Somos populares y, aunque a veces nos confunden, no me quejo. La popularidad es, sin duda, la mejor etapa de la adolescencia.—¿Celeste? —Escuché una voz detrás de mí.—¿Mm? —Respondí sin voltear, solo para ver a quién se refería.—¿Cómo sé que eres Celeste y no Selene? —Preguntó con tono curioso.—¿Qué quieres? Al punto, Brigginton. —Respondí con tono firme, imitando la actitud de mi hermana.—No tengo dudas
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