—Sí, es lo mejor. Ya sabes cómo es él. Ella conocía mejor que nunca a ese hombre que siempre era un poco gruñón y demandante con su trabajo, tenía esa forma de ser que podía ser pesada para muchas personas, pero no podía hacer nada. Era su jefe, aunque pronto ya dejaría de serlo, de alguna forma podría sentirse tranquila, ya que se iba a soltar de esas cadenas que la hacían sentir un poco estresada. —Por eso, ahora ya debe estar pensando en echarme, lo que no sabe él, es que hoy a poner la renuncia. —No lo creo, creo que ahora que sepa que ya no estarás en la compañía, se va a poner un poco molesto, pero eso luego se le va a pasar. Tendrá que buscar a alguien tan buena como tú, porque has hecho un buen trabajo todos estos años, eh. Siempre me parece algo impecable lo que haces, a pesar de que siempre te podía exigir más. Sabe que eres una buena empleada, eh —señaló y ella sonrió. Eso era cierto, siempre se había esforzado en dar lo mejor de sí, en la cafetería. Además, había sopor
Leer más