El silencio es pesado, casi palpable, insostenible. Me siento como si estuviera suspendida en el tiempo, esperando a que algo suceda. El hombre no se mueve, pero siento que está esperando a que yo haga algo.Sigue de pie, pero la corpulencia me dice quién podría ser, el olor también, sin embargo el saber que están detrás de mi cabeza me juega en contra.Me quedo inmóvil, mi corazón latiendo con fuerza, mientras Venco da un paso adelante y la luz de la luna ilumina su rostro, destacando sus facciones angularidades y su mirada intensa. Es él, sin duda, y mi respiración se vuelve irregular, como si mi cuerpo estuviera anticipando algo.—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunto, intentando mantener la calma, aunque mi voz tiembla ligeramente.Venco sonríe, su mirada penetrante y sensual, y se acerca a mí, su cuerpo cercano al mío, de manera que puedo sentir el calor de su piel y su aroma masculino, que me envuelve y me hace sentir débil.—No, yo hice la pregunta —dice, su voz baja y sensual, c
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