—Si la quiere, ¿por qué mi marido no se casa con ella? Para decirlo sin rodeos, no la quiere de verdad —dijo Nélida.—Nélida, mírate, eres una vulgar, debes saber por qué puedes casarte con Caín. Rosalía y tú, son un patito feo y un cisne blanco.Nélida lanzó una mirada a Adela, finalmente sus ojos se posaron en la muñeca de Adela, miró el brazalete familiar, —soy vulgar, y tú eres noble, llevando una pulsera de 100,000 dólares, ¿aceptó sobornos Hugo?—¡Cállense! —soltó Manuel, que tenía los ojos enrojecidos por la ira: la nuera mayor era de mediana edad pero estúpida y la segunda nuera era joven pero bocazas. Una mencionó a Rosalía que no le gustaba, mientras que la otra decía palabras sin límite.La expresión de Hugo también era sombría, —Nélida, considerando tu corta edad, no seguiré con este asunto —miró de nuevo a su hermano—. Educa bien a tu mujer.Caín se sorprendió en el corazón, pero mostró una sonrisa falsa, —debes hacer lo mismo.Manuel ordenó entre dientes apretados, —A par
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