Marqué el número de teléfono de Eunice y ella respondió la llamada inmediatamente. —Amanda cariño, ¿estás bien?—, me pregunto. —Sí, gracias, pero necesito hablar urgentemente con mi marido—, le dije. —Llámalo, Gerard, incluso si está en una reunión, si ve que el número que suena es el tuyo, te aseguro que lo contestará—, me dijo Eunice. —Ya lo llamé, pero está enojado conmigo y no quiere contestar mis llamadas—, respondí. —¿Qué te pasa Amanda? Por la voz que tienes me siento muy molesta, pasa algo, ¿está bien el bebé?—, me pregunto. —No Eunice, mi hija no se encuentra bien, mi madre tuvo que venir con su auto para llevarnos a la clínica de emergencia, mi hija tiene neumonía y el doctor no quiere que me acerque a mi pequeña, ya que dice que lo que ella tiene Es contagioso — respondí —No te acerques a Amanda, el tiempo que estás embarazada es peligroso y en cuanto a Gerard, espera, que ahora mismo lo llamo, verás como enseguida te llama cariño—, me dijo. , ambos finalizando la ll
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