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Todos los capítulos de Escapando del alfa Roan: Capítulo 171 - Capítulo 180
180 chapters
Laurel 25
LaurelEstaba atónita y con la mente en blanco, incapaz de intervenir. ¿Por qué, precisamente ahora que me estaba dando una oportunidad con Liadrek, reapareció Draevor y con esa extraña actitud?Como si mi vida no estuviera lo suficientemente complicada, tenía que venir él a ponerla de cabeza.Miré a Liadrek, quien tenía los músculos tensos, y su mirada observaba a Draevor atentamente, listo para defenderse en caso de un ataque.Y todo ocurrió en cuestión de segundos. Como era de esperarse, Draevor se le lanzó encima, pero no llegó a tocarlo porque Liadrek desapareció de su campo de visión y, en un movimiento rápido, lo pateó por la espalda.¡Ayayay!—¡Basta! —grité en un impulso, pero Draevor estaba fuera de sí.Y cómo no estarlo, si Liadrek le dio donde más le dolía y, para colmar la situación, lo había humillado al mostrarse más hábil que él en la batalla.Mi viejo amigo se giró rápido y le atinó uno de sus puños, lo que me hizo gritar del horror, porque Draevor era grande y muy fu
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Laurel 26
LaurelTodo el trayecto hasta nuestro destino fue incómodo y cargado de tensión. Era la primera vez que veía a Liadrek tan cerrado. No me habló, me ignoró cuando intenté que conversáramos y se mantuvo lo más distanciado posible, como si fuéramos dos extraños compartiendo el mismo camino.Ayayay...Era peor que eso, pues, aun los extraños tienen una que otra conversación vana. Me sentí herida e indignada, pero mi orgullo no me permitía insistir; simplemente me rendí y lo dejé tranquilo.¡Chiquillo inmaduro e insolente!Suspiré. No quería todo este drama absurdo en mi vida. ¡Era tan injusto! Yo nunca me interpuse en las relaciones de Draevor, aun cuando eran cuestionables. ¿Por qué él tenía que entrometerse en mi vida? ¿Acaso quería verme sola siempre? ¿Por qué era tan malvado con la persona que siempre lo amó?A este punto ya no sabía qué sentía por él, pero, con cada acción, solo lograba que lo despreciara más.Fuimos recibidos por nuestros colegas en el centro de una roca de cristal
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Laurel 27
LaurelObservé a Liadrek en silencio mientras cenábamos frente a la fogata. La luna brillaba en un tono plateado aquella noche, acompañada por un sinfín de estrellas en un cielo azul marino.La brisa fría movía las hojas de los árboles y nos regalaba caricias escalofriantes. El silencio era el protagonista, pues Liadrek y yo estábamos tímidos.Ay, ya no era orgullo ni enojo lo que nos hacía actuar como tontos; era la vergüenza de no saber cómo abordar al otro y tener esa conversación incómoda.Suspiré, rendida, y decidí ser yo quien rompiera el hielo.—¿Crees que encontremos algún Wos? —le pregunté, fingiendo naturalidad, pero los nervios se colaron en mi voz en forma de temblores sutiles.Liadrek me miró por unos segundos que parecieron eternos; luego, sonrió a medias.—Espero que sí —contestó—. ¿Tú me quieres, Laurel? —inquirió de la nada, agarrándome desprevenida.Por poco escupí el contenido de mi boca, pero puse todo mi empeño en mantener la compostura.—¿Acaso no es obvio? —le d
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Laurel 28
Laurel Me dormí al instante y tuve sueños extraños. Fue como si mis temores se hubieran reunido y conspirado en mi contra, pero al despertar, en la calidez y protección de Liadrek, sentí alivio y sonreí.Me sentí dichosa y feliz, y por primera vez en muchos años, mis barreras protectoras habían caído. Solo éramos Liadrek y yo, y el innegable amor que nos teníamos. Solo eso importaba.La mañana fue cargada de flirteos, palabras con doble sentido y caricias intencionadas, pero sutiles.Era divertido seguirle el juego y coquetear como si no hubiéramos tenido una noche de pasión la noche anterior.Para el mediodía, habíamos llegado al mar oculto. Decidí hacer una parada, pues siempre encontraba tesoros humanos aquí.Nos bajamos del caballo y caminamos en silencio, admirando la belleza del lugar.Este océano era diferente al resto, pues no había arena. En su lugar, las rocas cristalinas lo rodeaban, así que debíamos andar con cuidado porque también eran puntiagudas.El mar era cristalino,
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Laurel 29
LaurelEl momento en que los brazos de ella cubrían a mi pareja se volvió eterno, y el miedo era como un puñal que se clavaba en mi pecho insistentemente, llevándose mi capacidad de respirar con un ritmo tranquilo.Sentía que me asfixiaba.Era como si volviera a vivir el doloroso pasado de cuando Draevor encontró a su mate. En ese entonces, me sentí desplazada y abandonada, completamente sola...Justo cuando habíamos hablado acerca de nuestros sentimientos, ella apareció y se robó su corazón. Ya no había nadie más importante para él que su mate. Y, aunque fue doloroso, estaba bien para mí. Si mi amigo era feliz, yo lo sería por él.De todas formas, ni siquiera nos habíamos dado un beso de confirmación. Nada.Sin embargo, con Liadrek no solo había entregado mi cuerpo, también mi alma, mis temores y mi corazón. Me rendí completamente a lo nuestro y decidí dejar de esconderme tras mi escudo, ese que usaba para protegerme de otro desamor.Pero ahí estaba Liadrek, con la mirada perdida, rí
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Laurel 30
LaurelEl trayecto a casa fue incómodo, cargado de tensión y evasión de mi parte. Apenas hablaba lo crucial, y presioné para que no hubiera paradas que no fueran estrictamente necesarias.Solo quería llegar a casa y llorar en mi habitación. Sí, como si fuera una adolescente inmadura, pero es que dolía, y mucho.Ayayay...Nunca había visto a Liadrek tan atento a otra mujer que no fuera yo, tan preocupado porque se sintiera cómoda, tan dedicado a cuidarla.Y ella, pues, se aprovechaba de su nobleza. Parecía tan débil, que requería de Liadrek hasta para lo más mínimo; mas tenía la leve sospecha de que era una excusa para llamar su atención. ¡Qué chiquillo tan estúpido! Caía en su tonto juego como el inocente que era.Y yo estaba harta de esta situación, pero tampoco pelearía por un hombre que se suponía era mío. Si tenía que intervenir para que él me respetara, entonces nuestra relación no valía la pena.¿Dolía? Sí, pero yo ya no estaba para lidiar con este estúpido drama de cachorros. A
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Laurel 31
LaurelMi corazón latía vehemente a medida que me acercaba al comedor. Traté de controlar la exaltación en mi pecho con respiraciones largas, pero nada funcionaba contra esta ansiedad que me tenía inquieta.Ayayay...Debía calmarme y ser valiente. Ya era momento de enfrentar a Liadrek y saber dónde estaba parada. Solté una última exhalación y aumenté la velocidad de mis pasos, llegando finalmente al comedor.Allí estaba él, con la misma tranquilidad que lo caracterizaba, como si no hubiera puesto mi mundo de cabeza.Suspiré y me acerqué al comedor, captando su mirada.Me congelé en mi lugar, pues estaba demasiado nerviosa. No pude evitar su mirada, así que me sumí en el azulado plateado que me contemplaba con la misma intensidad de siempre, como si todavía yo fuera la dueña de su corazón.Y flaqueé. Toda la valentía que tuve mientras no lo veía se fue a la borda, y ya no estaba segura de aceptar, con calma y madurez, que su mirada especial perteneciera a otra.No, Liadrek era mío...A
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Laurel 32
LiadrekMis pasos sigilosos dejaban un chasquido, provocado por la humedad en las hojas que pisaba cada vez que avanzaba por el camino trazado en medio de los árboles.La brisa fría me golpeaba la piel sin un atisbo de piedad, lo que, algunas veces, provocaba leves temblores en mi cuerpo.Poca luz me guiaba, pues el cúmulo verde oscuro opacaba los pocos rayos solares que intentaban colarse en el bosque.Mi mente iba ajena al peligro, también distraída en los detalles naturales que me rodeaban. No tenía un rumbo fijo ni un destino trazado; solo era atraído por un olor dulce que me provocaba emociones encontradas: calidez y culpabilidad, redención y tristeza.Las palpitaciones de mi corazón se hacían más intensas a medida que salía del bosque. Era como si lo que me esperaba afuera controlara mi interior y jalara de un lazo invisible que me tenía cautivo a su voluntad.Salí a un claro y vislumbré un arroyo que brillaba. Había una figura femenina allí, rodeada de humo. Caminé hacia ella c
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Laurel 33
LaurelParpadeé varias veces antes de dejar que la luz que se colaba por la ventana me despertara. Me incorporé de golpe, pues, al parecer, ya la mañana estaba avanzada.Ayayay... ¡Es tarde!—Ummm... —se quejó Liadrek a causa de mis movimientos bruscos al tirarme de la cama. Entonces recordé que me trasnoché por su culpa.No pude evitar observarlo por unos segundos, en los que mi sonrisa de tonta me iluminaba el rostro —o eso me imaginaba—, pero, de seguro, parecía una loca ahora mismo.Mi beta hermoso, ¿cómo era que su cabello se veía intacto? El mío parecía un nido de pajaritos mal hecho.Ay, ¡qué envidia!Supuse que se debía a lo lacio que era, pues su cabello siempre estaba brilloso y en su lugar. Solo unas pocas hebras se salían de la perfección, pero hasta con las manos podría peinarlas.Ayayay... Liadrek era la belleza viril encarnada. Y se veía tan apetecible así, dormido.Ay, todavía no me creía que todo eso era mío.Mi corazoncito dio un salto de alegría y dicha. Me sentía t
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Laurel 34
LiadrekTodo iba de maravilla, demasiado perfecto como para continuar así. ¿Por qué no podía tener paz completa? Siempre había un evento que acababa con mi tranquilidad y, por supuesto, este día no sería la excepción.¡Por los Woses antiguos!¿Hasta cuándo tenía que soportar a este hombre ruin?—¿Qué haces aquí? —interpelé, cargado de rabia y descortesía.Su mirada burlesca me ardió la sangre y encendió unas ganas inmensas de enterrarle mi puño en su cara de idiota.—¿Desde cuándo los subordinados acosan a los invitados de su alfa? —dijo con arrogancia, como si su presencia fuera bienvenida aquí.No lo soportaba.—Draevor, yo no te invité —le respondió Laurel, hastiada.Me sentí mal por ella, pues pude sentir su cansancio emocional y estrés. No quería ser partícipe de su malestar, pero no podía evitar los celos que me consumían cada vez que veía a ese descarado. Era obvio que él buscaba su cercanía, que intentaba apartarla de mí.Y no se lo permitiría. Laurel era mía, mi pareja.—Bell
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