LaurelEstaba atónita y con la mente en blanco, incapaz de intervenir. ¿Por qué, precisamente ahora que me estaba dando una oportunidad con Liadrek, reapareció Draevor y con esa extraña actitud?Como si mi vida no estuviera lo suficientemente complicada, tenía que venir él a ponerla de cabeza.Miré a Liadrek, quien tenía los músculos tensos, y su mirada observaba a Draevor atentamente, listo para defenderse en caso de un ataque.Y todo ocurrió en cuestión de segundos. Como era de esperarse, Draevor se le lanzó encima, pero no llegó a tocarlo porque Liadrek desapareció de su campo de visión y, en un movimiento rápido, lo pateó por la espalda.¡Ayayay!—¡Basta! —grité en un impulso, pero Draevor estaba fuera de sí.Y cómo no estarlo, si Liadrek le dio donde más le dolía y, para colmar la situación, lo había humillado al mostrarse más hábil que él en la batalla.Mi viejo amigo se giró rápido y le atinó uno de sus puños, lo que me hizo gritar del horror, porque Draevor era grande y muy fu
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