—¡Mami!—Oh, Por Dios —Maylene se le quiebra la voz cuando escucha a su pequeña Hayley en los brazos de Amy. Sus ojos empiezan a llenarse de lágrimas cada segundo, su pequeño corazón se estruja en pedazos, y da pasos hacia delante—, Dios Mío.—Mami, mami —Hannah suelta la mano de Rebecca, corriendo
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