Parte 2 Elena lo miró sorprendida, su corazón acelerándose ligeramente. Tomó la caja con cuidado, notando el suave tacto del terciopelo bajo sus dedos. Al abrirla, encontró un delicado collar de plata con un colgante en forma de infinito, adornado con pequeños brillantes que reflejaban la luz de las velas. —Aiden, es hermoso —susurró, tocando el colgante con delicadeza. Sentía una emoción profunda, un calor que se expandía en su pecho. Él sonrió, aliviado y feliz al ver su reacción. —Representa todo lo que hemos vivido y lo que nos queda por vivir —explicó—. Un recordatorio de que nuestro potencial es ilimitado, y de que juntos, podemos lograr cualquier cosa. Las lágrimas asomaron en los ojos de Elena, pero no eran de tristeza, sino de pura alegría. Levantó la mirada para encontrarse con la de Aiden, viendo en él el reflejo de sus propios sentimientos. —Es perfecto. Gracias —dijo con sinceridad, su voz ligeramente quebrada por la emoción. Sin pensarlo dos veces, se inclinó sobr
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