Lauren se quedó en la habitación, sumida en sus pensamientos, cuestionándose dónde podría estar su pequeño hermanito Jake. A sus trece años, ella todavía no lo había vuelto a ver, y Lauren deseaba con todas sus fuerzas poder abrazarlo y recuperarlo. Ahora que tenía la oportunidad de ofrecerle una vida cómoda y alejarlo de su madre, Margaret, estaba decidida a hacerlo sin dudar.Al día siguiente, incluso sintiéndose bastante desganada, se preparó para ir hacia la compañía. Antes de salir, se acercó a su pequeño hijo, que aún estaba en la cama, y le pidió que se levantara para desayunar.—Buenos días, cielo. —saludó con una sonrisa, tratando de transmitirle su energía positiva. —¿Cómo te sientes? —¿Dónde está papá? —es lo primero que quiso saber, y ella desvió la mirada. —Se ha ido temprano, debe trabajar. Lucas sonrió, aún un poco adormilado, mientras ella preparaba su comida.El aroma de los panqueques y chocolate caliente, impregnó la cocina. El pequeño se sentó a la mesa con much
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