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Todos los capítulos de Adicta a ti: Capítulo 41 - Capítulo 44
44 chapters
Capítulo 41. Una propuesta de...
Miré a Cristian con el corazón destrozado. Esa m*****a lunática había matado a mi bebé, a nuestro bebé, y todo por mi culpa. Por ofrecerle mi amistad a una desconocida, por dejarla entrar en mi vida hasta el punto de destruirla. Jamás me lo iba a perdonar. —Os voy a dejar un momento para que podáis asimilar esta noticia. Volveré más tarde —dijo el doctor, saliendo de la habitación y dejando un silencio estremecedor. Me armé de valor y lo miré a los ojos, buscando en ellos algún indicio de odio o resentimiento. —¿Me odias? —pregunté con la voz quebrada. —Princesa, ¿por qué tendría que odiarte? —respondió él, con una ternura que me desarmó. —Por mi culpa nuestro bebé está muerto —no pude contener el llanto. Anhelaba tanto tener un bebé, ser madre era mi mayor deseo, y cuando me lo arrebataron, caí en un profundo infierno. Cristian me abrazó con fuerza, sus palabras eran un bálsamo para mi alma herida. —Emily, vamos a superar esto. Tú eres fuerte. —No lo sé —dije entre sollozos.
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Capítulo 42. La noticia
Lo pensé dos veces, mis dedos jugueteaban nerviosamente con la pequeña cajita dentro del bolso. Finalmente, decidí no dárselo en el restaurante; el ambiente no era el adecuado. Esperaría hasta llegar al hotel, donde la intimidad de nuestra habitación sería el escenario perfecto.La ansiedad me invadía, pero sabía que a veces lo bueno se hace esperar. Cada paso que dábamos de regreso al hotel, cogidos de la mano, sentía cómo mis nervios crecían dentro de mí. La noche era fresca, y las luces de la ciudad creaban un ambiente mágico a nuestro alrededor.Al llegar a nuestra habitación, cerré la puerta detrás de nosotros y, con una sonrisa nerviosa, me giré hacia él. Este era el momento que había estado esperando, el momento en que nuestras vidas podrían cambiar para siempre.Sus labios asaltaron los míos y me rendí a sus encantos haciéndome olvidar todo. Nuestras ropas acabaron desparramadas por el suelo incluso hasta mi bolso, deseé que la cajita no se hubiese dañado, pero la preocupació
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Capítulo 43. El final
Con el paso de las semanas me fui encontrando mucho mejor, alejé de mi mente todo lo relacionado con mi madre, de tan sólo pensar me dolía tanto. Los padres de Cristian nos invitaron a cenar a su casa, pero yo no tenía fuerzas, bastante mal lo había pasado con mi madre para tener que enfrentar a toda la familia de Cristian. No iba permitir reproches, ni amenazas. No estaba dispuesta soportar otra vez lo mismo. Cuando me quedé sola en casa disfrutando de la soledad, me preparé un sándwich de pavo y queso y después me senté en el sofá para ver una película romántica mientras Cristian cenaba con su familia, aunque no me podía concentrar en la película ya que Cristian me escribía cada cinco minutos para preguntarme como estaba o si necesitaba algo. Aunque el último mensaje me puso los pelos de gallina. Cristian: "Le he contado a mi familia las dos noticias" Emily: "¿Me odian, verdad? Cristian: "No te odian, al contrario están deseando verte" Emily: "Siento decirte que no me lo c
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Capítulo 44. Epílogo
—Cristian despierta están a punto de llegar —tiré de las sábanas y para mí sorpresa estaba desnudo—. Tu siempre igual intentando que caiga en la tentación, si no fuera porque tus niños están a punto de llegar... —Si llegan tienen las llaves. Valeria Y Alexander tienen que entender que sus padres tienen necesidades —me sonrió de forma muy sensual. ¡Maldita sea! Aunque había pasado veinte años, seguía siendo adicta a él. Para mí, seguía siendo el hombre más sexy del mundo. En ese momento escuché la puerta. —¿Ahora qué hago con esto? —dijo señalando sus partes íntimas. —Una ducha fría —solté una carcajada—. Vístete, vamos rápido —le ordené y después le lancé un pantalón a la cara. Me di la vuelta y bajé las escaleras apresuradamente. Mis niños, me estaban esperando en el salón y necesitaba urgentemente abrazarlos. —¡Mamá!—me llamó Valeria. La abracé tan fuerte que se quejó, aunque ya había crecido para mi seguía siendo mi preciosa bebé. Era una mujer esbelta, su pelo de color dor
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