Luna sintió un nudo en el pecho, una sensación de asfixia que la invadía nuevamente. En un instante, pensó en entrar y cuestionar a Leandro. Si ya tenía una nueva pareja, ¿por qué se arrepentía y le había arrebatado a Sía?Sin embargo, se contuvo. Se quedó en la puerta, con el rostro impasible, y dio un suave toque en la puerta.En realidad, cuando Luna llegó, Celia ya la había visto. Ella se sorprendió un poco por la hermosura de Luna. Al mirar de cerca, se dio cuenta de que no solo era bella, sino que además estaba completamente al natural. Su rostro, de una belleza extraordinaria, emanando un aura fría. Y, además, tenía los ojos brillantes, junto con su figura curvilínea, hacían que cualquier mujer se sintiera celosa. En su interior ya se ardía de rencor. ¡Esa zorra había venido a buscarle problema!Al escuchar el sonido de la puerta, Leandro se dio la vuelta y, al ver a Luna, la miró fríamente. —¿Quién te dejó entrar? ¡Sal de aquí!Luna de repente entendió que, solo había Leandro
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