Kaia no se imaginaba ni de lejos la enorme diferencia que habia entre nadar con una cola, a hacerlo con piernas humanas.Ella nunca habia sentido como si el mar estuviera en su contra, esa fue, la primera vez que lo sintió. Aunque para ser justos, ese no era el mar precisamente, pero seguía siendo agua.Salió para respirar. Pero casi al instante volvió a hundirse.Trato de abrir los ojos para localizar al muchacho de cabellera dorada, pero aun así no lo veía, de hecho, no podía ver nada.Pudo sentir por ratos el golpe de alguna roca o rama.Esto era estúpido. Ella la princesa del jodido océano. Un rio tonto no iba a poder con ella.Volvió a sumergirse y esta vez, cuando abrió los ojos nuevamente pudo ver con claridad bajo el agua.Ella siempre habia podido sentir cuando alguien de su especie estaba cerca, nunca lo habia hecho con un humano, pero en aquella ocasión sintió que algo tiraba de ella, un deseo oculto de amor y protección. Dejo que el rio, este nuevo amigo recién descubierto
Leer más