Tres días ya habían pasado. Y eso marcaba el fin del plazo para Jaladi y Dorian.-¿Estas segura de que nos esta siguiendo?- pregunto el muchacho de ojos verdes mientras miraba disimuladamente hacia atrás-Tu confía en mi, y sigue nadando-¿Segura?-No te detengas- le indica – y por sobre todo, no mires hacia atrásDorian no estaba seguro de Teles, pero estaba seguro de Jaladi. Así que confió en sus decisiones y su inteligencia.Nado sin preocuparse mas de mirar si alguien mas los seguía o no.Ambos hicieron su rumbo hasta entrar en el reino maldito. Territorio prohibido.-Espera – dijo esta vez la muchacha-¿Qué sucede?- pregunto ellaEntonces lo vieron nadar – un pez mensajero. Dorian sintió un escalofrió recorrer su espalda – brbrbr esas cosas me ponen de los nervios. Siempre son un mal augurio-Si no encontramos pronto a Kaia, - dijo- eso si que será un mal augurio-Entonces será mejor darnos prisa- indico mientras su vista se dirigía a lo lejos. Justo hacia el palacio de la corte
Y tenía razón. Fue a peor.Cuando vio a la figura ya antes conocida aparecer por ese umbral todo se volvió frio.Era algo en su mirada, algo que ponía a raya a todos. Incluso a ella.El rey Kaito guardo silencio mientras la observaba, él ni siquiera había tocado la puerta, lo cual sería ridículo que lo hiciera, después de todo, se suponía que Teles era una “prisionera” y este su palacio.Quizás había llegado su momento. Quizás Kaito había querido darle unos segundos de piedad y comodidad antes de morir. Quizás estaba aquí para ejecutarla. Pues, si bien era cierto, el rumor sobre su crueldad era tan conocido como el de su propia reina.Ella sabía los riesgos y asumiría las consecuencias. Estaba dispuesta a hacerlo. Su vida a cambio de muchos, un precio justo.-¿Puedo estar de pie mientras lo haces?- su pregunta no tuvo ningún sentido para el reyAlzo una ceja mirándola con suspicacia -¿Qué es lo que quieres hacer de pie?- indago-Quiero morir como una guerrera- exclamo y fue firme.- no
La gran reunión había empezado. Aquellas fiestas y lujos podrían cegar a cualquiera. Pero no a James Blake. No a aquellos que siempre han sabido donde colocar su mirada. Aquellos corazones intocables que el dinero no corrompía.James Blake apareció de la mano con, según dice la gente, una hermosa chica que parecía sacada de los mismísimos cuentos de hadas.Todo el mundo se había maravillo al verlos entrar por aquellas puertas. Eran una de las parejas más atractivas que habían allí en ese preciso momento. Pero tanto para Kaia, como para James, ser atractivos no significaba nada.Aun así, cuando se toparon al joven de ojos grises – vaya, vaya, James Blake, - sonrió a la chica de su lado, fue el primero en recibirlos – tal parece que esta noche si que te esforzaste en tu compañía-dijo impetuosamente.Kaia encontró aquel gesto y aquella mirada de notable deseo hacia ella repulsivo, ni siquiera se habia tomado la molestia en disimular que le estaba recorriendo todo el cuerpo descaradamente
Mientras ambos muchachos estaban sentados conversando, una tercera figura se estaba acercando. No alcanzo a visualizar a la chica, ya que James era mas alto, y su cuerpo estaba cubriendo el suyo.Sin embargo, cuando escucharon su voz -James.-llamoEl muchacho casi como un acto reflejo, tomo el chaleco que le había colocado a Kaia sobre los hombros y lo subió un poco más. Solo lo suficiente para cubrirle la cabeza y el rostro, casi como si se tratase de una capa. Una acción un poco disimulada y que pretendía ser naturalUna de las manos del muchacho se mantuvo suavemente apoyada en la nuca de la chica, solo con la intención de que no se levantara, que no elevara el rostro, y ella lo entendió.Kaia hubiera reconocido a esa voz en cualquier parte ahora.-Jessica- saludo James. Y aquel joven dirigió su mirada hacia ella. Sus ojos azules resplandecían con la noche, y la chica del vestido rojo sintió que se desarmaba. James era ridículamente guapo.La mirada de ella cayo en el cuerpo pequeñ
Los preparativos para la misión de rescate habían tardado un poco mas de lo esperado. Habían pasado dos semanas.Kit había sido encargado para liderar al grupo de centuriones que debían traer de regreso a su verdadera líder.Por días habían revisado los limites de su reino para saber la posición de los guardias del otro lado, habían tratado de ser discretos, y a los pocos que habían detectado habían tratado de parecer disimulados. Era usual que se vigilara la frontera, nadie sospecharía que se trataba de un rescate.Nadie cruzaba las barreras entre sus mundos. Eso estaba prohibido. El océano tenia reglas, y a pesar de ser un lugar libre, también era un sitio peligroso.-¿Listos?- pregunto el jovenLa noche tan esperada para el asalto dio inicio. Y kit cruzo junto con su grupo al otro lado. A aquel sitio prohibido alejado de la mano de la reina.-¡Rápido! ¡Rápido! Que no los vean. De espaldas al muro. – indico mientras hacia señales con las manos para que cruzaran en grupos de tres.-¡d
Jaladi y Dorian se miraban preocupados-Te veo inquieta- se lo hace notarJaladi solo nadaba de un lado a otro mientras se mordía las uñas. -¿Cómo crees que habrá ido la misión?Dorian fingió una mueca de confianza- seguramente lo lograron, después de todo, son centuriones de la reina. No existe nadie más entrenados que ellos-Me siento culpable- confeso la chica-Oye- el nado hacia ella y la sujeto de los hombros – no ha sido culpa nuestra. Tu fuiste sincera con Teles, y ella acepto hacerlo. No sabíamos que el rey Kaito nos tendría una trampa-¡Pues yo debí haberlo supuesto!El rostro de Dorian se entristeció – nadie podría haberlo supuesto-dijo en tono suave-Es malvado- se lo recordó- literalmente su reino se apoda “el reino maldito” eso- señalo -debió habernos dado una buena pistaEl se encogió de hombros – sea como sea, no hay nada que podamos hacer ahora, salvo…Las trompetas sonaron de repente.-¡Ya están aquí! ¡Ya llegaron!Y antes de que el muchacho pudiera decir otra palabra
-Estas loco- le habia dicho AidenCasi parecía que a James se le aflojara un tornillo nuevo cada dia-¿Por qué?-es una mala idea- dijo-¿Por qué?- insistió el otro muchacho-James- dijo Aiden tratando de sonar tranquilo – no voy a seguirte en un plan alocado de ir a un bosque a acampar-¿Por qué?-¡Porque tu no sabes acampar!-Tengo un folleto – dijo mientras se lo enseñabaAiden lo miro incrédulo -¿para que quieres ir al bosque?-Kaia sueña con ver un cielo estrellado-ella vivía en el jodido océano. ¿Acaso no podía ver las estrellas desde allá?-Al parecer nunca la dejaban salir, o siquiera nadar cerca de la superficie. Y como podrás imaginar, desde las profundidades del mar, aquel lugar donde ni los submarinos llegan, no hay ni una pizca de luz-Claro, por eso debemos llevarla al bosque, debido a que aquí hay mucha contaminación lumínica-Claro- dijo James, mientras en su rostro se empezaba a dibujar una sonrisaAiden alza una ceja -Estaba siendo sarcástico- le informa-¡Aiden!-N
Kaia no se imaginaba ni de lejos la enorme diferencia que habia entre nadar con una cola, a hacerlo con piernas humanas.Ella nunca habia sentido como si el mar estuviera en su contra, esa fue, la primera vez que lo sintió. Aunque para ser justos, ese no era el mar precisamente, pero seguía siendo agua.Salió para respirar. Pero casi al instante volvió a hundirse.Trato de abrir los ojos para localizar al muchacho de cabellera dorada, pero aun así no lo veía, de hecho, no podía ver nada.Pudo sentir por ratos el golpe de alguna roca o rama.Esto era estúpido. Ella la princesa del jodido océano. Un rio tonto no iba a poder con ella.Volvió a sumergirse y esta vez, cuando abrió los ojos nuevamente pudo ver con claridad bajo el agua.Ella siempre habia podido sentir cuando alguien de su especie estaba cerca, nunca lo habia hecho con un humano, pero en aquella ocasión sintió que algo tiraba de ella, un deseo oculto de amor y protección. Dejo que el rio, este nuevo amigo recién descubierto