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Todos los capítulos de Reino de Lobos: Capítulo 21 - Capítulo 25
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Capítulo 20: Fuego y Destino
Narrado por AldaraLa noche parecía contener la respiración. Cada hoja del bosque permanecía inmóvil, cada sombra parecía volverse más profunda. Ragnar seguía tan cerca de mí que podía sentir el calor de su cuerpo. Su presencia era abrumadora, como un fuego que no solo calentaba, sino que también amenazaba con consumir.—No sé qué está pasando entre nosotros, pero no puedo seguir ignorándolo —susurré, mi voz quebrada entre el miedo y el deseo.Ragnar abrió los ojos, y en ellos vi reflejado un torbellino de emociones: furia, duda, pero sobre todo, un ardiente anhelo que coincidía con el mío.—No deberíamos hacer esto —murmuró, pero sus palabras carecían de convicción.Su mano todavía descansaba en mi muñeca, y aunque el roce de su piel contra la mía era casi imperceptible, sentía como si cada fibra de mi ser estuviera conectada a él. La marca que llevaba, esa extraña figura que parecía latir como si tuviera vida propia, brillaba débilmente en la penumbra.—Entonces, ¿por qué sigues aqu
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Capítulo 21: Ecos de Advertencias
Narrado por RagnarEl amanecer se filtraba a través de los árboles del bosque, tiñendo las hojas de dorado. El silencio de la mañana parecía más pesado de lo habitual, como si la tierra misma estuviera conteniendo el aliento. No podía sacudirme la sensación de que habíamos cruzado una línea de la que no había retorno.Aldara dormía cerca del fuego que habíamos encendido unas horas antes. Su rostro, tranquilo y sereno, contrastaba con el caos que sentía en mi interior. La marca en su muñeca seguía brillando débilmente, como si nunca hubiera perdido su energía desde anoche. Me había obligado a apartarme de ella, a no dejar que la proximidad continuara encendiendo ese fuego peligroso entre nosotros. Pero incluso ahora, su presencia era una constante, como un latido que resonaba en mi pecho.Mis pensamientos se interrumpieron con el cr
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Capítulo 22: Entre Dos Almas
Narrado por AldaraLa noche se cernía sobre el bosque como un manto pesado, el aire cargado de una tensión eléctrica que parecía provenir de todas partes y ninguna al mismo tiempo. Había algo en esa oscuridad que me hacía sentir más consciente de todo: del sonido de las hojas bajo mis pies, del crujir de las ramas a la distancia, y sobre todo, de la presencia de Ragnar, tan cercana que casi podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo.Estábamos solos, lejos del campamento, en un claro que él había encontrado para que pudiéramos hablar. Pero apenas habíamos dicho palabra. Su mirada fija en mí lo decía todo y nada al mismo tiempo.—¿Por qué insistes en quedarte? —preguntó finalmente, su voz grave rompiendo el silencio.Lo miré, sintiéndome atrapada entre la confusión y la determinación.
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Capítulo 23: Un Instante Eterno
Narrado por AldaraLa intensidad del momento nos rodeaba como una tormenta silenciosa, y aunque Ragnar intentaba apartarse, algo más profundo parecía mantenernos atados. Sus ojos, antes oscuros y penetrantes, comenzaron a cambiar justo frente a mí. Una luz dorada surgió en sus iris, como si un fuego ancestral estuviera despertando en su interior. Me quedé inmóvil, fascinada y desconcertada al mismo tiempo.—Tus ojos... —susurré, incapaz de apartar la mirada.Él cerró los ojos con fuerza, como si intentara controlarlo, pero cuando los abrió nuevamente, el dorado era aún más brillante, casi sobrenatural.—Mi lobo está demasiado cerca —dijo, su voz más grave de lo habitual, casi un gruñido.El calor en sus palabras resonó en mi interior, como si algo en mí respondiera instintivamente. No había miedo, no
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Capítulo 24: El Juramento del Lobo
Narrado por RagnarEl brillo de la luna llenaba el claro del bosque, bañando la escena con su luz plateada. Aldara yacía a mi lado, su cabello desparramado sobre el suelo como un halo oscuro. Su respiración tranquila contrastaba con el caos que hervía en mi interior. Por un momento, simplemente la observé, memorizando cada detalle, cada curva, cada línea que parecía dibujada con propósito.Pero el peso de lo que acababa de ocurrir era innegable. No solo habíamos cruzado una línea peligrosa, sino que habíamos dado un paso hacia un territorio donde las consecuencias podrían ser devastadoras para ambos. Mi lobo, satisfecho, pero inquieto, rondaba cerca de la superficie, exigiendo algo que sabía que no podía ignorar. Quería marcarla, dejar mi aroma en ella, para que todos supieran que me pertenecía.—¿Qué estás pensando? —s
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