Todos los capítulos de Entre el amor y la venganza de la ex esposa : Capítulo 81 - Capítulo 84
84 chapters
Capítulo 81 El Fin de Una Pesadilla
Narrador Federick pisó el acelerador con toda la fuerza que pudo, sus manos sudorosas resbalando por el volante, mientras los nervios lo empujaban a conducir más rápido, sin importar los límites. Cada segundo parecía una eternidad.Cuando finalmente llegó al hospital, vio cómo una ambulancia se detenía frente a él, escoltada por patrullas de policía. En ese momento, supo que sus hijos estaban dentro. Sin dudarlo, saltó del auto y salió corriendo, dejando la puerta abierta, sin preocuparse por nada más que verlos vivos.Corrió hacia el estacionamiento, donde uno de los autos escoltas era el de John, quien había hecho todo lo posible por ayudar a encontrar a los gemelos. Pero cuando John lo vio, no tardó en seguirlo.—¡Federick! ¡Hijo! —gritó John, pero Federick no se detuvo. Su mirada estaba fija en la ambulancia, en ese preciso instante en que sus hijos finalmente iban a bajar. Su corazón latía desbocado, una mezcla de emociones lo embargaba: felicidad, tristeza, angustia y, sobre to
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Capítulo 82 La Preciosidad Del Amor.
Federick ayudó a Charlotte a acomodarse en una silla de ruedas para que el trayecto hacia la unidad de cuidados intensivos fuera más fácil. Cada paso que daban por los pasillos aumentaba la tensión en el pecho de Charlotte. Sentía que su corazón palpitaba con fuerza, y sus senos comenzaban a inflamarse, mientras pequeñas gotas de leche brotaban de sus pezones. Algo en su instinto maternal, quizás las viejas creencias sobre cómo el llanto de los recién nacidos despertaba la leche en las madres, parecía cumplirse al instante.El camino, que parecía interminable para los dos padres, estaba lleno de ansiedad y emoción. Federick, igualmente nervioso, sentía una mezcla de gratitud y alivio recorriendo su ser. Tener a sus hijos a salvo lo hacía sentirse el hombre más afortunado del mundo.Cuando llegaron a la puerta de la unidad de neonatos, ésta se abrió, revelando a los pequeños en sus incubadoras, bajo la estrecha vigilancia de un equipo médico. Aunque no era el mismo lugar en el que Joan
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Capítulo 83 Por fin, todo en su sitio.
Unas semanas más tarde La mansión de los Feldman estaba llena de una calidez inusitada, adornada con globos azules y blancos que daban un toque de frescura y alegría al aire. Los gemelos, después de superar su periodo de peligro, finalmente estaban listos para conocer su hogar, y nada podría haber sido más especial que este momento. Los padres, Federick y Charlotte, se sentían como si estuvieran flotando en una nube de felicidad, acompañados de todos sus seres queridos, que se habían reunido para celebrar la bienvenida de los pequeños.La gran fiesta estaba en pleno apogeo, con risas, música suave y una mezcla de caras conocidas entre los invitados. Las dos familias, los Feldman y los Maclovin, se veían por primera vez juntas después de tantos años, compartiendo no solo una ocasión especial, sino también la dicha de ver a sus hijos como padres, felices y llenos de amor.El auto de Federick se detuvo frente a la mansión, y el sendero hacia la entrada estaba adornado con cintas blancas
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Capítulo 84 FIN
Cuatro años más tarde —¡Buenos días, mujer hermosa! —Federick se acercó a Charlotte y le dio un suave beso en la mejilla para despertarla.—Buenos días, mi amor... quiero dormir cinco minutos más —respondió Charlotte, tapándose la cabeza con las sábanas, renuente a levantarse.Federick se recostó a su lado, acariciándole la pierna con ternura.—¿Sabes qué podríamos hacer en esos cinco minutos? —le susurró al oído.Charlotte, al escuchar su voz tan cercana, destapó rápidamente su cabeza. La sensualidad en sus palabras la despertó de inmediato, avivando no solo su cuerpo, sino también sus deseos.—Me encantaría disfrutar de esos cinco minutos —dijo con una sonrisa traviesa—. Pon el pasador en la puerta, cariño, antes de que los gemelos se levanten. No quiero interrupciones.—Sabes que la abuela no los dejara venir hasta que estén listos, bueno, no tenemos cinco minutos, en realidad, tenemos unos veinte.Federick le quitó por completo la sabana, Charlotte gimió de emoción, y con audaci
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