Sofía se levanta a las 6 de la mañana, como todos los días desde que comenzó a trabajar en la empresa junto a Alejandro. Aunque lo ha intentado, no ha podido dormir en toda la noche. El beso entre su esposo y ella sigue rondando en su cabeza, impidiéndole conciliar el sueño.Ya no puede seguir negando lo que siente por Alejandro. Sin embargo, la culpa la consume. No puede haber dejado de amar a Fernando en tan solo dos meses desde su muerte. Se siente una miserable por siquiera pensar en ello.Después de darse una ducha y vestirse adecuadamente para ir a la oficina, baja a la cocina para desayunar. Allí se encuentra con Alejandro, sentado en la cabecera de la mesa, tomando solo un café, sus ojos fijos en su portátil, probablemente poniéndose al día con las noticias, como acostumbra antes de salir de casa.Con un silencio que parece ocupar toda la estancia, Sofía se acerca a la otra cabecera de la mesa, donde siempre se sienta, ya que nunca desayunan uno junto al otro. En ese instante,
Leer más