Me besaba despacio, paso sus manos para mi espalda y lentamente comenzó a bajar el cierre de mi vestido, le ayudo a quitármelo, dejándolo caer a el suelo, da un paso hacia atrás para verme así en ropa interior.—En verdad que eres hermosa. —susurra. Se acerca nuevamente y me sigue besando, nuestros labios entrelazados, abrazándonos, acariciándonos. —Sé que eres la indicada, eres lo que tanto esperaba. —sigue besándome, cada vez más subía intensidad. —Eres mi chica. ——Quiero ser tuya, Theo. Hazme tuya. —le pedía con desespero, entre los besos y caricias, el mundo entero se me olvidaba.Theo me carga, crucé con mis piernas su cintura y con mis brazos me sostenía de su cuello, besándonos, entre risas y pasión. Subió poco a poco las escaleras, hubo un momento en que casi nos caímos, pero no perdimos el enfoque. Llegamos a la habitación y me colocó en la cama, con desespero comienzo a desabotonar su camisa, él se la termina de quita, dejando al descubierto su hermoso abdomen, que no dudo
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