CAPÍTULO 105: UNA NUEVA VIDAEl sonido de mi respiración se vuelve más fuerte en el silencio de la sala de parto. Todo parece tan surrealista que apenas puedo creerlo. He soñado tanto con este momento, pero ahora que está aquí, parece casi irreal. Alexander está a mi lado, su mano sostiene la mía con tanta firmeza que me da fuerza, como si su apoyo fuera un ancla que me conecta a la realidad.—Sophia, estás haciendo un trabajo increíble, —me susurra él con la voz calmada, pero no puede disimular su emoción. Su mirada está fija en la mía, y veo el amor en sus ojos. No suelta mi mano ni por un segundo, incluso cuando el dolor vuelve a golpearme con fuerza.—A-alexander… no puedo… no puedo… —trato de decir entre respiraciones, mi voz tiembla por el esfuerzo y el agotamiento. Me siento tan vulnerable en este momento.—Sí puedes, Soph —dice él, inclinándose para besar mi frente. Su toque es suave, y ese pequeño gesto hace que algo en mí se relaje, incluso en medio del dolor—. Eres la mujer
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