—¿Enzo, estás allí? —Rosa insiste en preguntar. Enzo le señala uno de los cubículos a Romina para que se esconda. Ella abre una de las puertas, y sin chistar se oculta. Segundos después, Enzo suena unas de las puertas, abre la llave del lavabo, y finge hablar por teléfono.—No te preocupes, esta noche me quedaré con la mujer que amo. —dice en un tono de voz alto— Te aviso en lo que regrese para hablar de negocios, como sabes, Emilio me destituyó del cargo de CEO y debo buscar un nuevo empleo.Rosa quien alcanza a oír la conversación, se siente algo desanimada, era gracias a ella que Emilio había destituido a Enzo de su puesto. Dando algunos pasos hacia tras, se retira cuidadosamente y se regresa hacia la barra.Al escuchar los pasos alejándose, Enzo sonríe con malicia; su plan estaba dando buenos resultado. —¡Puedes salir, preciosa! —golpea suavemente la puerta.Romina permanece bajo el letargo de su reciente encuentro sexual, aún se siente flotando en una nube. Sale de su e
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