Capítulo 19. Alfa Michel
Realmente no estoy seguro de estar teniendo el mejor sueño de mi vida, pero si es así, no me importa, porque lo único que quiero es que dure para siempre.Bella eleva las caderas, y con mucha gracilidad se coloca a horcajadas sobre mi. Joder, recién levantada es un bombón que lamería hasta que se deshiciera en mi boca. Su pelo cayendo sobre la cara, su rostro con las mejillas aún enrojecidas, y los ojos aún adormilados, pero con ese toque pícaro.En cuanto se coloca sobre mi, y frota su cadera contra mi pelvis, noto como mi lobo la reclama, él quiere marcarla, poseerla y gritar a los cuatro vientos que tiene una compañera; yo, como humano racional, sé que tiene una misión que cumplir, y no soy capaz de decidir si alguna vez podré fiarme completamente de ella.Se agacha sobre mi torso, y lame con cuidado, muy despacio, cada uno de los músculos que lo componen. Para cuando acaba de hacerlo, siento que voy a correrme en medio minuto, como si fuera un adolescente atolondrado.- Tranquilo,
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