—¿Crees que no me iba a enterar? —inquirió Marc—, ¡deja de verme la cara de estúpido!, ¡yo no soy ningún idiota!, ¡maldito!—¡¿Pero, de qué estás hablando?! —soltó Miguel exasperado.Marc negó con la cabeza y mordió su labio inferior.—¡De esa, la estúpida esa con la que te vas a ver mañana en su apartamento! —gritó Marc mientras dejaba salir las lágrimas—, ¡eres un maldito!, ¡¿crees que no me iba a enterar?!, ¡¿quién crees que soy?!Miguel abrió su boca mientras negaba con la cabeza.—¡Por Dios, Marc, eso no es cierto, yo no tengo nada con nadie! —trató de acercarse a Marc, pero él retrocedía para impedírselo—, ¡deja que te explique las cosas, por favor!, ¡ella es s&
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