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Todos los capítulos de La Mate Muda del Rey Alfa: Capítulo 41 - Capítulo 50
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CAPÍTULO 41: YA NO ME DAS MIEDO
CAPÍTULO 41: YA NO ME DAS MIEDOAkira caminaba por los pasillos del palacio con el corazón cargado de frustración. Thane no la había tomado en serio, y eso le quemaba por dentro. Había intentado advertirle, hacerle ver lo que estaba sucediendo, pero él la había desestimado. Una parte de ella quería olvidarse de todo, dejar de intentar y aceptar su destino como una simple Omega en un mundo donde su palabra no valía nada. Pero había algo dentro de ella, algo que la impulsaba a seguir adelante, a no rendirse. Un instinto más profundo, más salvaje, que no la dejaba retroceder.Sus pies la llevaron hacia el área de servicio, donde se suponía que pertenecía, pero su mente estaba en otra parte, perdida en pensamientos. Mientras avanzaba por uno de los corredores más oscuros, una presencia familiar la detuvo en seco. Frente a ella, con su habitual aire de superioridad, estaba Seraphine.—¿Tú? —La princesa se detuvo, sorprendida de ver a Akira todavía dentro de los muros del palacio. Sus ojos
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CAPÍTULO 42: MI MISIÓN NO HA TERMINADO
CAPÍTULO 42: MI MISIÓN NO HA TERMINADOLa luna llena brillaba intensamente sobre el castillo, proyectando sombras alargadas y bañando todo a su paso con una luz pálida y misteriosa. Pero Akira no lograba encontrar paz. Su mente estaba plagada de pensamientos sobre su hermana, Thane y la oscura conspiración que parecía envolverlo todo. Sentía que había algo más que debía descubrir, pero no sabía por dónde empezar.Mientras limpiaba una zona oscura y olvidada del castillo, sus oídos captaron una conversación entre dos sirvientas. Se detuvo en seco, aguzando el oído sin que ellas se dieran cuenta de su presencia.—Es una lástima lo de esa pobre chica —comentó una de las sirvientas en voz baja, casi como si temiera que alguien las escuchara—. Siempre que una loba joven se va con el rey, desaparece sin dejar rastro.—¡Shh! ¡Cállate! Si alguien te oye diciendo eso, o peor, si el rey se entera… ya sabes que tú podrías desaparecer también.—Lo sé, pero no puedo dejar de pensar en ella. Me agr
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CAPÍTULO 43: NOCHE DE LUNA LLENA
CAPÍTULO 43: NOCHE DE LUNA LLENADescendió por la montaña con el corazón latiéndole con fuerza, como si la propia oscuridad de aquel lugar la siguiera. La sensación de algo maligno en la cueva aún persistía, y la sangre fresca que cubría sus manos y su ropa no le permitía olvidar lo que había encontrado allí. Sabía que no podía regresar al castillo en esas condiciones. El olor de la sangre era demasiado fuerte, demasiado evidente. Si algún lobo la olfateaba, descubrirían inmediatamente dónde había estado y eso podría significar su fin.Decidida a no correr ese riesgo, Akira cambió su dirección hacia el lago que se encontraba cerca del castillo. El agua le ofrecería la oportunidad de lavarse no solo la sangre, sino también el miedo y la confusión. Mientras caminaba en silencio por el bosque, la luz de la luna llena bañaba el paisaje con un brillo plateado que parecía casi irreal, como si el mundo entero estuviera cubierto por una capa de calma, una que Akira no compartía en absoluto.A
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CAPÍTULO 44: INSTINTOS SALVAJES
CAPÍTULO 44: INSTINTOS SALVAJESThane había sentido una incomodidad desde que Akira había desaparecido de su vista, una inquietud que no lograba sacudirse. Había tratado de ignorarla, de convencerse de que no le importaba, pero su lobo interior rugía, demandando su atención. Algo no estaba bien, y aunque se esforzaba por contener el instinto de protegerla, sabía que no podría descansar hasta encontrarla.Sin pensarlo dos veces, siguió su rastro. El aroma de Akira estaba impregnado en el aire, y aunque había estado tratando de distanciarse de ella, su cuerpo parecía actuar por cuenta propia. La búsqueda lo llevó hasta el lago, ese lugar apartado y casi prohibido donde solía ir a despejar su mente. Lo que no esperaba encontrar era la imagen que apareció ante sus ojos cuando finalmente la localizó.Akira estaba en el agua, desnuda bajo la luz plateada de la luna. Su piel brillaba como si fuera una extensión del lago, y su cabello mojado caía en cascada sobre sus hombros. Thane se quedó i
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CAPÍTULO 45: RESTITUIDA
CAPÍTULO 45: RESTITUIDAAkira despertó entre los brazos de Thane, su calor aun la envolvía. El amanecer bañaba el lago y el bosque con una luz suave y dorada, y por un momento, un fugaz instante, Akira sintió que todo lo que había sucedido durante la noche tenía algún tipo de significado profundo. Sin embargo, tan pronto como abrió los ojos y lo miró, la realidad se impuso. El brillo distante en los ojos de Thane se lo dejó claro.Se apartó de ella con brusquedad, evitando su mirada.—No te confundas —dijo con frialdad, ajustándose la ropa—. Lo que ocurrió anoche no cambia nada.Akira sintió un nudo formarse en su pecho, el dolor y la confusión eran tan intensos que no podía alcanzar a comprenderlo del todo. Se levantó del suelo con lentitud, sintiéndose expuesta, vulnerable. Quería preguntar, quería entender por qué Thane oscilaba entre esos extremos de desprecio y deseo, pero no le dio tiempo a decir nada, ni siquiera a escribir una pregunta.—Vamos —dijo él sin mirarla. Usó un tono
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CAPÍTULO 46: UN ENCUENTRO DEL PASADO
CAPÍTULO 46: UN ENCUENTRO DEL PASADOAkira hizo el amago de retirarse, sentía la urgencia de escapar de aquella confusión, de alejarse de Thane y solo pensar en su verdadera misión en ese lugar. El silencio entre los dos pesaba más que cualquier palabra, pero cuando intentó moverse, él le tomó el brazo con firmeza.—Déjame curarte esa herida —dijo con voz grave, sin emoción aparente, pero con algo en su mirada que la desconcertó.Akira lo miró, inmóvil, sintiendo cómo su corazón aceleraba. La confusión y el cansancio la superaban. No podía entender cómo era posible que el mismo hombre que la había salvado tantas veces, el que la había besado con una intensidad salvaje, ahora se comportara de manera tan distante.Sin decir más, Thane rompió un pedazo del vestido de Akira, rasgó la tela con un movimiento rápido. Ella permaneció en silencio, observando cada uno de sus gestos, buscando una señal de lo que él realmente sentía. Con delicadeza, limpió la sangre que manchaba su labio, sus ded
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CAPÍTULO 47: LA OPORTUNIDAD PERFECTA
CAPÍTULO 47: LA OPORTUNIDAD PERFECTAAkira salió corriendo del pasillo, con el corazón martilleándole en el pecho y el temblor incontrolable de sus manos. El encuentro con Azael la había desarmado por completo, devolviéndole recuerdos oscuros que había tratado de enterrar. Pensó que su pasado como esclava en su antigua manada se había quedado atrás, pero ahora, con Azael de regreso, aquellos días de horror y miedo volvían a perseguirla. A cada paso que daba, las imágenes de su hermana también se entrelazaban en su mente, como si ambas tragedias estuvieran conectadas.Respiraba entrecortadamente mientras recorría los pasillos del castillo, buscando un lugar donde pudiera sentirse a salvo. Necesitaba escapar del miedo que Azael le había provocado, y sin darse cuenta, sus pies la llevaron hasta la biblioteca. Al cruzar las puertas, el silencio y la calma del lugar la envolvieron. Parecía un santuario.El aire en la biblioteca estaba frío y tranquilo, como si aquel lugar perteneciera a ot
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CAPÍTULO 48: AMENAZA
CAPÍTULO 48: AMENAZAAkira se refugió en la habitación de Galicia, sus manos temblorosas sujetaron con fuerza el libro que había robado de la zona prohibida. Sostuvo el libro como si el peso de aquel texto antiguo y misterioso fuera demasiado para soportarlo. Se apoyó contra la pared, intentando calmarse, pero su corazón seguía palpitando con fuerza. Sabía que estaba jugando con fuego. Si alguien descubría lo que había hecho, las consecuencias serían fatales.El libro parecía arder entre sus dedos, su cubierta polvorienta emanaba un aura de antigüedad y poder. Akira estaba ansiosa por abrirlo, por desvelar sus secretos. Pero antes de que pudiera hacerlo, escuchó el sonido de pasos acercándose por el pasillo. Un pánico instantáneo la invadió. No podía dejar que nadie la viera con el libro, mucho menos Galicia.Con rapidez, se arrodilló y empujó el libro debajo de la cama, justo a tiempo antes de que la puerta se abriera. La figura de Galicia apareció en el umbral, su rostro reflejaba s
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CAPÍTULO 49: COMETÍ UN ERROR
CAPÍTULO 49: COMETÍ UN ERRORAkira sabía que ya no había marcha atrás. Había tomado el libro prohibido, había hecho movimientos arriesgados, y ahora su vida pendía de un hilo más delgado de lo que jamás hubiera imaginado. Pero no podía permitirse retroceder. Estaba envuelta en algo mucho más grande de lo que había anticipado, y su única opción era seguir adelante, aunque la oscuridad se volviera cada vez más opresiva a su alrededor.Intentó calmarse mientras se dirigía a la habitación de Galicia. Su mente trabajaba a toda velocidad, pensando en cómo escabullirse sin llamar la atención. Pero cuando dobló un pasillo, se encontró con una figura imponente bloqueando su camino.Era Thane.—¿Qué haces aquí? —preguntó con una voz firme y autoritaria. Akira se quedó inmóvil, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. Sabía que no tenía una excusa que pudiera convencerlo. Y lo peor de todo es que, con Kael y el libro involucrado, mentir sería aún más peligroso.Sin darle tiempo a
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CAPÍTULO 50: DEBO SALVARLA
CAPÍTULO 50: DEBO SALVARLAAkira los siguió a una distancia segura, cuidando cada uno de sus pasos mientras se movían hacia la montaña. El miedo la invadía, pero sabía que no podía permitirse dudar. Para disfrazar su aroma y evitar que el rey o cualquier otro lobo detectara su presencia, se arrojó al suelo y se cubrió con tierra y hojas secas. El olor de la suciedad envolvía su cuerpo, ayudándola a pasar desapercibida, pero la tensión seguía apretando su pecho.El rey Alaric caminaba con Galicia a su lado. Desde la distancia, Akira podía ver la forma en que la loba se encogía de miedo, con lágrimas rodaban por su rostro. Sus sollozos eran suaves, pero cada uno de ellos cortaba el aire como una daga. Galicia estaba aterrada, y Akira no podía dejar de sentirse responsable. Todo esto había sucedido por su culpa. Si no hubiera robado el libro, Galicia no estaría enfrentando el castigo del rey.Se detuvo en seco cuando llegaron a la entrada de una cueva en lo alto de la montaña. El viento
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