Todos los capítulos de LOS TRILLIZOS SECRETOS DE MI JEFE: Capítulo 31 - Capítulo 40
105 chapters
CAPÍTULO 31
AriaEl baño se termina cuando noto que la temperatura del señor Elwood ha bajado un poco y que lo veo menos enrojecido. Me alegra mucho verlo mejor y mucho más que, a pesar de sentirse mal, también tiene cuidado conmigo. No nos vamos a la cama hasta que me seca por completo. Esta vez no me he mojado el cabello, así que no le toma bastante tiempo.—Lo mejor que puede hacer ahora es descansar —le digo—. Tómelo con calma.—Eso es lo que haré —me responde—. Voy a tomarlo con calma por esta noche, pero para que eso pueda pasar debes quedarte.—Lo haré, pero no sé qué le voy a decir a mi hermano cuando regrese.El señor Elwood pone mala cara, pero deja que lo ayude a recostarse en la cama. No tengo palabras para describir lo hermoso que luce en aquel pijama de seda azul. Yo también estoy cómoda en el mío, que es de color morado. Es el mismo que algunas veces he usado en el departamento y que esconde muy bien en su clóset para que su novia jamás se dé cuenta de que lo tiene.—Ya le inventar
Leer más
CAPÍTULO 32
AriaMi jefe se queja demasiado por el libro que le leo, pero termina adormecido y preguntando cosas que no le hacen demasiado sentido. Es bastante divertido verlo así, pero al mismo tiempo me duele demasiado, ya que sé que mi amor es unilateral y que, aunque fuera correspondido, nunca será suficiente para que él me elija a mí, para que yo pueda decirle sobre nuestros hijos.—Tienes razón, ese libro es aburrido —dice con voz débil cuando se acuesta—. Es espantoso.—Ya no se lo leeré más —prometo.—No, hazlo —me pide—. Con tu voz no es tan desagradable y funciona para tener sueño. Me lo quedaré para que me lo leas de nuevo.Suelto una risita.—Buenas noches, señor Elwood —le digo—. Iré a...—No te vayas —me dice mientras me atrae hacia él—. Quédate quieta, m*****a sea.—De acuerdo —susurro.Los dos nos quedamos en silencio, solo sintiendo nuestras respiraciones calmadas. En este momento me pregunto cómo este hombre puede hacer que me sienta tan agitada muchas veces y cómo ahora estar en
Leer más
CAPÍTULO 33
AlecCuando Aria se marcha, recojo todas las cosas que me ha dado y las examino. Son objetos comunes, que nunca se me pasaría por la cabeza tomar si las viera en cualquier sitio, pero ahora tienen un significado demasiado profundo para mí. No entiendo del todo por qué ha aceptado dejármelas, pero me alegra que lo haya hecho, ya que no pensaba dárselas de regreso nunca. Estas cosas son el cuidado y el amor que me dio mientras me cuidaba de un simple resfriado.Ni siquiera mi propia madre llegó a darme tanta atención y ternura.—Me estás volviendo un maldito sentimental —mascullo mientras me llevo la manta a la nariz para olerla.El sentido del olfato lo tengo un poco atrofiado por la gripe, pero puedo distinguir perfectamente bien el de Aria. Todavía puedo sentir su calor aquí, los recuerdos, sus sonrisas. Anoche no fue solo sexo, fue algo más, algo que me asusta ahora que lo pienso, pero que en el momento no me importó.Estoy involucrándome más de lo que quisiera. Aria Mills se está co
Leer más
CAPÍTULO 34
AriaNo despego la mirada de la ventana en todo el camino, pero no estoy consciente de nada de lo que pasa afuera del auto. No dejo de pensar en mi jefe recibiendo a su novia, negando por milésima vez que estuvo con alguien, o sea, conmigo. No es lógico desear que tenga un arranque de locura y les diga que soy su amante, que lo dejará todo por mí o que siempre estará conmigo aunque se casen, pero lo hago. Me he divertido recreando fantasías en donde él puede sentir el significado de lo que pasó anoche y se da cuenta de que soy lo que él quiere.Por desgracia, no soy lo que él quiere, solo su capricho cuando su novia no puede estar con él. ¿Cómo puedo seguir aceptando eso en mi vida? Tendré hijos, no puedo darles ese pésimo ejemplo. Debo ser una mejor persona, aunque no solo por ellos, sino por mí. No quiero criar a estos niños sintiéndome toda la vida como una amante cualquiera. Tengo que ser una persona respetable, de la que ellos se puedan sentir orgullosos.Ellos no pueden conocer m
Leer más
CAPÍTULO 35
AriaDurante el resto del sábado y el domingo no hice otra cosa más que elegir muy bien lo que me llevaría, y ahora estoy aquí, a punto de cerrar mi maleta con todas las cosas que me costó elegir. Tengo tal vez un apego demasiado fuerte con mi ropa, pues algunas cosas las he tomado del clóset de mamá. Ella fingía regañarme cuando tomaba algún suéter o una blusa, pero siempre terminaba acercándose para aconsejarme y hacer ajustes para que me quedase mejor. Ella jamás fue egoísta, siempre nos cuidó con mucho amor a sus «tres tesoros» como ella nos decía.—Tengo que hacerlo, mami —le digo con voz rota a su fotografía, la cual quiero meter en mi maleta junto con otras de la familia.Mi madre era una mujer hermosa, con una melena rizada que heredó a Jackson. Papá tenía el cabello oscuro y ondulado como el mío. Mucho tiempo me quejé de ello, pero ahora que me hace falta, amo mi cabello y quisiera tenerlo todo de él.—Te extraño, te extraño tanto como a papá —sollozo.Mi tembloroso dedo pasa
Leer más
CAPÍTULO 36
AlecAria entra en la oficina después de unos cuantos minutos, pues ha acomodado sus cosas sobre el escritorio. Aquella espera me vuelve loco, pero resisto todo lo que puedo. No voy a tardar en hacerle saber cuán molesto estoy por sus equivocaciones recién iniciada la mañana; la mañana del día en que pienso a llevarla a vivir a un lugar aislado de todos.¿Cómo se atrevió a hablar con ese imbécil que alguna vez quiso algo con ella? Esta vez tengo claro que lo voy a despedir, que no voy a pasar ni una sola más. Se le advirtió claramente que ella es intocable, que es mía y que, si quería conservar su empleo, no debía acercarse. Pero rompió las reglas, y a mí no me queda otra opción más que echarlo.Cierro la laptop desde donde la vigilo y la miro fijamente. Me tiene mucho miedo, es más que evidente, pero también la noto diferente. Hay algo que no me está diciendo, y espero que sea algo tan sencillo como que está enamorada de mí y se calla para que no la mande a la m****a. «Nada más lejos
Leer más
CAPÍTULO 37
Aria Cuando salgo de la oficina, todavía me tiemblan las piernas y tengo el sabor del señor Elwood en mis labios y su olor en toda mi piel. Este encuentro ha sido uno de los más calientes y apasionados que hemos tenido y me confunde como nunca, al grado de que me planteo si irme es lo mejor que puedo hacer. ¿Cómo voy a soportar no sentir sus besos y caricias? ¿Cómo voy a sobrevivir sin su mirada y sin el control que ejerce sobre mí? A su manera, el señor Elwood me cuida también y se preocupa por lo que me pasa, por lo que hago y con quién lo hago.Esos pensamientos acerca de cancelar mi viaje se ven evaporados cuando comienzo a revisar los documentos. El irme o no irme ya no depende enteramente de mí, sino de mis hijos, que van a comenzar a notarse en cualquier momento, en el menos pensado. La gestación no es incipiente, va para delante y con buen pronóstico, de modo que no van a tardar en hacerse notar antes que un embarazo normal. De hecho, ya lo están comenzando a hacer, pues sient
Leer más
CAPÍTULO 38
Alec Mi madre parlotea y parlotea sobre cosas de la boda que sinceramente a mí no me interesan para nada y a las que no les presto la mayor atención. Estoy furioso y con una profunda frustración que no puedo explicar del todo. No es la primera vez que tengo que suspender un almuerzo con Aria, pero esta vez sentí que ella se quedó muy triste, que tenía algo que decirme. Yo también deseo decirle muchas cosas, pero no puedo hacerlo. Quisiera decirle que ya mandé a despedir a ese sujeto asqueroso y que tendré que pagar una alta cantidad por despido injustificado, aunque para mí tenga toda la justificación del mundo, ya que él se metió con lo que más me importa. Sí, Aria Mills es lo que más me importa. Me cuesta mucho reconocerlo incluso ante mí mismo, pero ya no puedo tapar el sol con un dedo. Rompí mis reglas por ella, me vuelvo loco de pensar en que cruce palabras con un sujeto con el que apenas tuvo una cita para conocerse. Todavía me carcome la idea de que se hayan besado, que pasar
Leer más
CAPÍTULO 39
Aria Llegar a mi casa nunca ha sido doloroso, solo hoy. Ya no me queda esperanza alguna, solo fui a confirmar lo que tantas veces él me ha dicho: no me ama y jamás perdería a Natasha por tener algo conmigo. Me siento decepcionada de mí misma por no comprenderlo, estoy furiosa con mi corazón por seguir amándolo y más molesta estoy conmigo misma por seguir escribiendo el informe desde mi computadora porque no quiero que le haga falta. Mi hermano ha intentado persuadirme para que lo deje y no malgaste mis últimas horas aquí pensando en él, aunque eso es imposible. No puedo dejar de pensar en él con o sin trabajar. —Te traje un pan, está recién hecho —me dice Stacy entrando en mi habitación. —Gracias, cielo —le respondo enternecida, pero sin dejar de escribir. Ya no tengo los documentos a la mano, pero no los necesito para afinar detalles. Este informe va a ayudarle mucho al señor Elwood. —Tienes que comerlo —insiste Stacy—. No almorzaste.—Necesito terminar esto. —No, no tienes.
Leer más
CAPÍTULO 40
AlecMi madre parece quedarse conforme y tranquila después de la promesa que le hago. Tal vez no deje de pensar que Aria es mi amante, pero al menos le demostré que Natasha es lo más importante en mi vida. Lo es, ella tiene que serlo, aunque sienta todo por mi asistente.Al entrar al departamento, veo que la mesa ya está servida. Natasha está de pie junto a la mesa; luce muy bien, totalmente perfecta, con su atuendo impecable. No puedo evitar compararla con Aria y su desperfecta ropa y peinado, con lo cual vino para cuidarme.¿Por qué me agrada tanto ese desperfecto cuando jamás me ha gustado que algo esté fuera de su sitio? ¿Acaso el amor cambia los gustos? ¿Por qué quiero borrar de un golpe la apariencia pulcra y prolija de Natasha? No lo entiendo, no lo entiendo para nada.—Bienvenido, amor —me dice muy contenta—. Pusimos la mesa para ti. Bueno, nos ayudó la empleada, pero como sea. ¿Te gusta? Es una idea de cómo quiero la mesa en nuestra boda.Me acerco al comedor y examino la deco
Leer más