Lara se sentía muy enojada por la actitud del juez, no sabía que le había hecho a ese sujeto, pero parecía tener algo en su contra, lo cual era completamente ilógico, porque apenas se conocían.—¿Y? ¿Cómo ha ido la audiencia? —preguntó Ben, al cruzarse con la joven en la entrada de la empresa. Era la hora de almuerzo, pero Lara acababa de llegar. Conocía perfectamente el motivo de su retraso, por lo que no le dio ningún tipo de amonestación.—Ha ido mal —murmuró ella, evadiendo su mirada, mientras sus puños se cerraban con fuerza.A Ben no le hizo falta que dijera nada más, ya sabía lo que había sucedido. Se suponía que una cosa así podía pasar, pero si había evitado acompañarla era porque quería que demostrara que no necesitaba depender de nadie para ser una persona capaz de valerse por sí misma, pero ahora, mirándola tan desanimada, comenzaba a considerar que había sido un error no ir con ella. Debió ir y poner en su sitio a todo aquel que se atrevería a menospreciarla. No entendía
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