El llanto es imparable, caen en cascada sobre sus mejillas. Faitth fue consolada por su madre y mejor amigas, ambas insistieron en que no podía estar llorando de esa manera, pero Faitth es incapaz de escucharlas. ―Ten, toma un poco de agua. ―Misury le tendió un vaso. ―Debes calmarte, trata de respirar por favor. Mira como estás. ―Faitth estaba tan roja como su cabello. ―Verdaderamente, esta niña está inconsolable. ―Suspiró Elina. ―Las hormonas te están dando duro. ―Faitth empezó a llorar con más fuerza. ―Yo no sé porque lloro. ―Sollozó sorbiéndose los mocos. ―Estoy feliz porque me voy a casar con ese animal que no ha esperado a recuperarse por completo. ―Hizo un puchero. ―Debe usar muletas, mi pobrecito hombre debe usar muletas. ―Freya sonrió, su hija es una llorona. ―Cariño, eso les hará daño a los bebés. ―Le acarició el pelo. ―¿Quieres que llame a Marcos? ―Faitth negó. ―No quiero que me vea llorando, estoy fea y gorda. ―Isla suspiró. ―Te voy a reprochar por arruinar el maquilla
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