Hanna luego de haber vivido aquel emocionante momento, regresó a la habitación, su cuerpo aún temblaba, su piel se encontraba de puntitos, aquella sensación que la había hecho estremecer. Hanna se había dado cuenta que se encontraba equivocada al suponer que controlaba la situación, era débil, muy débil ante las caricias de aquel endemoniado hombre, Enzo tenía fuego en su boca y con sus manos encendía lo que tocara. Acomodó su vestido y luego se sentó frente al tocador, coloco un poco de maquillaje para ocultar sus acaloradas mejillas, su respiración aún se encontraba agitada, sus ojos brillaron como nunca antes.Bebió unos cuantos sorbos de agua buscando la manera de controlarse, levantó la mano y con la yema de sus dedos acarició sus labios, mientras que con la otra mano la colocó directo sobre sus pechos, Enzo había marcado su cuerpo con sus caricias. Colocó un poco de loción contra su pecho, Enzo había logrado despertar en ella aquello que le hacía perder la cabeza, ella se sen
Leer más