Respiré hondo vistiéndome otra vez.Me sentía completamente tensa, la niña no dejaba de llorar y por alguna razón me siento mal.¿Este es el instinto maternal despertando?Creo que es demasiado pronto pero realmente quería consolar a esa niña… la hija de Aaron, además tengo mucha curiosidad de conocerla.Sin embargo, recuerdo la amenaza de mi querido esposo, por lo que me quedaré en la puerta, donde no pueda verme.Vacilante caminé hacia la puerta y la abrí ligeramente viendo al poderoso Don de la mafia italiana en Boston arrodillado frente a una niña que no paraba de llorar cubriéndose el rostro.—Ali, principessa, deja de llorar. ¿Qué quieres? Pide lo que quieras dulzura, lo tendrás —le pidió él evidentemente desesperado.Aaron la atrajo hacia él en un abrazo cálido que puso a temblar mi corazón. Ese es mi Aaron.El antiguo, el que conocía.Solo que ahora solo se muestra de esa manera con su niña.Me duele y a la misma vez me enternece.Sé que es mi culpa que él no confíe en mí para
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