Punto de Vista de AnaiahAl levantarme, no encuentro a Leondre a mi costado. Frunzo el ceño y me arrastro fuera de la cama, ignorando el dolor entre mis piernas. Me meto en la ducha, sin poder dejar de sonreír. Tras ducharme con agua caliente, voy al armario y me pongo un vestido negro sencillo que me llega hasta las rodillas y unos tacones.Mientras bajo rápidamente las escaleras, algunas personas me saludan educadamente, mientras que otros me miran con desdén. Me alejo de ellos para no dejarme intimidar.“Hola”, me saluda una mujer pequeña y bonita con rizos grandes y una figura esbelta, y me sonríe alegremente. Le contesto de la misma manera.“Tú eres Anaiah, ¿verdad?”“Sí”.“El rey me pidió que te acompañara hoy, ya que está ocupado con el trabajo en la sede”, me dice con entusiasmo, “por cierto, me llamo Angie”. Me extiende la mano y se la estrecho.“No te preocupes. Nos llevaremos bien. ¿Qué te gustaría hacer?”, me pregunta.“¿Podrías mostrarme este lugar?”, le pido. Ella asiente

Punto de Vista de Anaiah[Contenido para adultos]Llevo semanas viviendo aquí y todo me va bien, salvo que siento que me están escondiendo algo. Busco alguna pista sobre algo que desconozca en la habitación que comparto con Leon, pero no encuentro nada. Últimamente, él se comporta de forma extraña, y a veces, Dan y Arya me miran con culpa. Mi celular suena en este momento.“Hola, amor”, me dice Leon y me siento en la cama.“Hola, ¿cómo estás?”, le pregunto. Él suspira y permanece en silencio un rato antes de responderme: “Cansado, ¿y tú?”“Aburrida, pero por suerte, pronto iré a trabajar”, le informo. No estoy acostumbrada a quedarme en casa sin hacer nada como todos esperan de mí.“¡No!”, exclama él, y yo pongo cara de frustración.“Voy a trabajar como mismo he estado haciendo desde que te fuiste, y no puedes hacer nada para detenerme”, le contesto con firmeza.Después de colgar la llamada, me preparo para el trabajo. Como no terminé la secundaria, conseguí un trabajo como camarera e

Punto de Vista de AnaiahEmpiezo a cuestionar todo en mi vida. Corro al baño y me echo a llorar. Poco después, abren la puerta y entra Alaiah. Se ve muy segura de sí misma y hermosa, se retoca el maquillaje y saca su celular del bolso para tomarse una selfie.Se fija en mí y me dice con el ceño fruncido: “¿Podrías moverte, por favor? Tu sombra está saliendo en mi foto”. Me quedo atónita por un momento, pero lo hago. Luego, llama a alguien, pero no le responden.“Hola, soy Leondre. No estoy disponible ahora mismo, pero deja tu mensaje después del tono y te llamaré de vuelta”. Con mi oído de loba, puedo escuchar el mensaje de voz. Sollozo en silencio al confirmar mis sospechas. No puedo creer que mi pareja se va a casar con otra mujer. Alaiah resopla y maldice al azar porque Leondre no le contesta.“Siempre me está evitando”, murmura para sí misma. Me seco las lágrimas antes de salir del baño. Necesito irme de este lugar.“Ana”, me llama Mutinta. Se me llenan los ojos de lágrimas y, al v

Punto de Vista de AnaiahDespierto en una nueva habitación lujosa y blanca, donde entra suficiente aire fresco. Disfruto de la tranquilidad con una sonrisa hasta que, de repente, recuerdo a Leon. Me duele el corazón solo unos segundos, pero es una sensación insoportable.La puerta se abre de golpe y entra un hombre grande y atractivo con tatuajes visibles debajo de su camisa blanca. Me sonríe y recoge su cabello hacia atrás.“Hola, Anaiah”, me dice con una voz profunda. Me levanto de la cama, pero estoy tan débil que me caigo. Por suerte, él me agarra con sus brazos fuertes.“Con cuidado, amor”, se ríe, haciendo que mi corazón se acelere, ya que me llama la atención de la misma manera que Leon. Me ayuda a volver a la cama y se sienta en el borde.“Hola, mi nombre es Enrique Altamirano”, extiende su mano, pero estoy demasiado asustada para estrechársela. ¿Dónde estoy? ¿Estoy en la manada Lycan? ¿Y dónde está Mutinta?“Estás en la manada Atardecer Lycan. Mutinta se fue a hacer algunos t

Punto de Vista de LeondreEstoy frustrado y enfadado, porque después de varias semanas, aún no encontramos a mi pareja. A menudo me pregunto qué estará haciendo, si está pensando en mí como yo en ella, o si ya me olvidó. No puedo dejar de pensar en su hermosa sonrisa. Mi Lycan me instiga a buscarla con más ahínco, pero llevamos más de tres semanas sin encontrarla. Trato de distraerme entrenando, pero ningún guerrero está dispuesto a pelear conmigo.Alguien me toca en el hombro y me doy la vuelta para ver a mi hermana, lista para luchar conmigo. Me señala la arena y entro con ella. Arya es una luchadora hábil, así que no me contengo. Se especializa por sus movimientos muy rápidos. Me tambaleo cuando logra golpearme en la cara y darme una patada en el costado. Aplaudo su victoria, pero pronto la tengo acorralada contra la pared, y ella levanta la mano en señal de rendición.“Mamá quiere que vayamos a cenar esta noche”, me dice. Frunzo el ceño, porque no estoy listo para lidiar con mis pa