Hasta el olor de la cárcel empezaba a molestarle a Derek, sentía que se estaba asfixiando dentro de aquel lugar, pero sabía que no podía hacer nada para cambiar su situación. Ya se había conformado con su destino, pero lo hacía tranquilo, pues sabía que Reagan no estaba sola. Su hija tenía a Reich para protegerla y a Ava también.En los últimos días había recibido más cartas de Vera, y en una de las veces casi mató a uno de los guardias pues en una de las fotos vio como su mujer entraba en un hotel para pasar la noche con otro hombre.Atacar a un guardia le había costado a Derek una semana entera en solitario, y los guardias para vengarse por su compañero, que había terminado en el hospital, dejaron a Derek sin comer un par de días. Después de aquello su vida en la cárcel era cada vez más difícil. Derek ya no podía despistarse, porque si lo hacía terminaría muerto.Derek iba pensando en todo eso mientras lo llevaban a enfermaría, después de que el doctor James Hoffman, con alguna excu
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