Riccardo tenía un nudo en la garganta, una angustia en su pecho que mantenía su espíritu intranquilo. Encabezaba la mesa donde cenaba con aquellas personas que habían llegado a su vida de repente. Era bonito volver a ver caras felices en el comedor después de veinte años, era un regocijo para su corazón descubrir que después de tantos años de dolor, la vida podía ser piadosa y darle la dicha de una segunda oportunidad, pero eso también le causaba temor. Cuando estás solo puedes enfrentar lo que sea sin miedo a perder, pero cuando quieres a alguien entonces tus enemigos te tienen en sus manos, pues en esa persona habita tu debilidad.Al lado derecho del Capo, estaba sentada Demie con un precioso vestido rojo que conjuntaba con la camisa de su hijo Alessandro. En el izquierdo, Riccardo tenía a la mujer que poseía la belleza de un ángel, Sabrina. Estando entre ellas intentaba disimular el miedo que estaba sintiendo de volver a perder, de ver aquel salón manchado de sangre otra vez, pero
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