Sé que he pasado por muchas cosas durante toda mi vida, pero, ni siquiera todo ello me haría olvidar el rostro de mi padre, por lo que, sé perfectamente que el hombre que me observa confundido, es mi padre.Así que, sin dudarlo un solo momento abrazo al hombre que me aparta y apunta con una arma que me deja inmóvil en mi lugar, porque no esperaba eso de mi padre, después de tantos años creyéndolo muerto.— ¡Señor Alex, deténgase! ¡Es una invitada del señor Cassano! — dice el doctor que me acompaña.— No me importa si es su invitado, no voy a permitir que me abrace un extraño. — dice el hombre con frialdad.— Padre, ¿no me conoces? Soy tu hija, mírame, soy Marcela Leonardi. — digo con mi vista nublada por las lágrimas.— ¿Qué locura estás diciendo? Yo no tengo hijos. —
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