Todos los capítulos de Atrapada por los príncipes de la mafia: Tú me perteneces: Capítulo 91 - Capítulo 100
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Capítulo 91: Placer
Todo el alcohol en mi sistema me hace sentir mareada. Por eso, no soy capaz de cerrar los ojos, porque siento que en cualquier momento podría perder la consciencia. Pero, ni siquiera estando así de mal, soy capaz de detenerme, ya que, las sensaciones que estoy experimentando al tener sexo superan todo malestar que siento en estos momentos.— Creo que podría morir hoy mismo del placer que siento.— No digas tonterías.— ¿Sabes cuantas veces desee esto? Aun no comprendo porque tienes que ser tú. Pero, si hay algo de lo que no tengo dudas: aquí es donde quiero estar.Realmente no puedo comprender cómo puede decir esas palabras mientras gime sin detenerse. Pero, reconozco que me alegra poder escucharlas porque eso hace que mi cuerpo se sienta mucho mejor.Evidentemente no hablo de los malestares que siento por estar ebria, sino de cómo me siento querida y no simplemente usada sexual
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Capítulo 92: El remedio
Mi cuerpo pesa más que antes, por eso, quedo acostado en la cama mientras el hombre que me hizo sentir inmensamente complacida se levanta y tropezando con todo a su alrededor mientras llega al baño.Aunque intento mantenerme despierta, el agotamiento me supera y por eso, escasamente abro mis ojos cuando algo frio es colocado casi en mi entrepierna. La exposición a algo frio y húmedo, hace que de un pequeño salto, porque es justamente la temperatura contraria que hay en mi cuerpo.Pero, antes de alarmarme, unos labios calientes y húmedos, besan mi cadera, recordándome que no estoy sola y quien lo hace, ya ha hecho algo más íntimo que colocar algo frio y húmedo en mi piel.— He venido a limpiarte porque dudo que tengas energía para ir al baño y ducharte. — dice él.— Estoy agotada, ¿Acaso tú no lo estás? — pregunto aturdida.&
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Capítulo 93: Hacerlo
Sus brazos fuertes no son una broma. Por eso, cuando él me abraza con un solo brazo para pegarme a su cuerpo, gimoteo porque siento que es alguien fuerte quien me está agarrando y por ello, no me voy a caer.Su beso es tan salvaje como antes, al punto que me hace pensar que no ha quedado satisfecho con lo que hemos hecho anteriormente.Por eso, abrazo al hombre que está pegado a mí, intentando tocar cada músculo de su espalda mientras desciendo hasta la parte que impide que nuestros cuerpos estén completamente pegados desde la cadera.Sus labios me besan salvajemente tomando el control del beso completamente, mientras yo coloco mis manos en ese grande falo que se siente tan hinchado y firme. La boca se me ha secado al recordar todo el placer que puede proporcionarme esa parte exacta de su cuerpo, por lo que, gimo al igual que él ante el contacto de mi mano con su intimidad.Eso hace que él me haga retroceder
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Capítulo 94: Complacer a una mujer
Uno, dos, tres, cuatro penetraciones y yo siento que deliro, porque para mí no es posible que unos pocos movimientos, pueda causar tanto placer en alguien. Pero yo soy la prueba viviente que su invasión lenta o rápida, puede causar en mi cuerpo muchas sensaciones extasiante.Ninguno de los dos se siente menos excitado que el otro porque debido a los gemidos y la fuerza con la que se aferra a mi cuerpo, podría asegurarme que él también se está esforzando para no perder el control.— Es una locura. ¿Acaso bebimos algún afrodisíaco para estar así de activos? ¿Por qué razón no soy capaz de detenerme?— He escuchado que el alcohol es un inhibidor de muchos pensamientos, por eso, cuando estamos ebrios, somos capaces de hacer cosas que solamente pesábamos estando sobrios.>> Por como veo las cosas todo ese esfuerzo que utilizaste reprimiendo tu dese
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Capítulo 95: Emboscada
Narra NickAunque debo reconocer que la primera vez que estuvimos juntos me sentí inmensamente increíble, nada de lo que experimenté en ese momento se puede comparar con lo que estoy experimentando ahora.Cada conducta adictiva de mis hermanos relacionadas con el sexo ahora les encuentro lógica. Porque sentir como algo suave, húmedo y estrecho contrae mi polla, es lo más placentero que he podido sentir en mi vida.Sin embargo, todo placer queda en el olvido cuando siento como ella se desploma en mis brazos. El pánico me invade porque ella no abre sus ojos y yo intento sostener su rostro intentando despertarla.— Marcela, por favor, despierta, no me asustes. Si hice algo mal, dímelo, pero por favor, no me asustes de esta manera. — imploro, intentando que ella reaccione.Pero, por mucho que golpeó ligeramente su mejilla o dejó que el agua fría moje su cabeza, ella no reacc
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Capítulo 96: Pelear juntos
Tenemos todas las desventajas que alguien podría tener en esta situación. Porque no sólo estamos ebrios, si no que, no hay un respaldo y el enemigo puede aparecer en cualquier parte.‘Lo peor de todo es que Marcela necesita de mí y yo estoy aquí, intentando averiguar si son quince o cinco personas que veo el triple.’ Me digo mentalmente.— ¿Últimas palabras antes de morir?— Lamento mucho informarte que no eres el primero y dudo que seas la última persona que me diga lo mismo sin que termine muriendo él en mi lugar. — digo de inmediato.— Las cosas han cambiado, la avaricia nos ha ayudado a saber qué hacer y con quién hacerlo. — dice él.— Entonces se vendieron.— Necesitábamos más y ustedes no querían darlo, así que, tuvimos que buscar por nuestros propios medios una ayuda que sin duda va
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Capítulo 97: Disparar
Sin saber realmente quién se encuentra de nuestro lado, salimos del túnel. Cuando llegamos a la sala de seguridad y armamento, aún me siento bastante afectado por los efectos del alcohol, pero no puedo esperar que la sobriedad vuelva a mí, cuando el peligro es inminente.‘Sólo espero que Marcela se encuentre bien, porque si algo le llega a pasar por culpa de estos desgraciados no permitir que el doctor la vaya a revisar, los mataré de una forma que desearán nunca haber nacido’ me digo mentalmente.— Creo que lo mejor es vomitar, para sentirse mejor. — dice mi hermano y de inmediato, se marcha al baño.— Intenta echarte mucha agua en la cara a ver si así logras despertarte un poco. Mientras, yo estaré observando las cámaras a ver si hay algo que podamos usar para ganar esta batalla.Lo bueno de que mi madre haya creado este castillo desde sus cimientos es que
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Capítulo 98: Ver a Marcela
Debo reconocer que la tarea para encontrarnos con Marcela, no es fácil porque la mayoría de los empleados de la isla están en el castillo intentando matarnos. Pero, no nos damos por vencidos, sobre todo, porque necesitamos matar a la mayoría con nuestras propias manos y que así noten que traicionarnos fue la peor decisión de sus vidas.Por fortuna, Nabil no muere tan rápido como pensábamos y por eso, nos ayuda un poco a eliminar unos cuantos enemigos que nos observan con temor antes de que sus vidas se escapen de sus cuerpos.Debo reconocer que aunque me causa mucho placer matar a las personas que nos han traicionado, nada de eso se compara con toda la satisfacción que yo sentí cuando tenía a Marcela en mis brazos.Es esa la sensación que me hace apresurarme en llegar hasta donde ella se encuentra para saber si realmente está desmayada por el agotamiento o si soy el culpable de
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Capítulo 99: Huir
Preocupado, busco si tenemos suficientes balas para poder enfrentarnos a nuestros enemigos, pero desgraciadamente solo contamos con cuatro balas entre nosotros, así que, no podemos enfrentarnos a ellos cuando no tenemos ni siquiera suficiente munición y nos superan en número.‘¿Qué puedo hacer para al menos equilibrar la balanza?’ Me preguntó mentalmente preocupado.— La única opción que se me ocurre, es desbloquear las puertas.— ¿Estás loco? Si hacemos eso, todos los que están encerrados en cada una de las habitaciones o salones vendrán para poder matarnos.— Tienes razón y por eso, debemos movernos rápido. Porque apenas desbloqueemos todo, ellos correrán a la sala de vigilancia para encontrarnos y así matarnos. — digo.— Pero…— Nick tiene razón, ellos no van a estar como unos lo
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Capítulo 100: Intentar marcharnos
Con ayuda del espejo retrovisor observó a Marcela aun inconsciente y me preparo para distraer a mis enemigos, comprendiendo perfectamente que bajo ningún pretexto puedo permitir que nos golpeen.— No te preocupes, Marcela, tu hombre te protegerá. — digo de inmediato.Como esperaba, ellos comienzan a dispararme, pero al ser un auto blindado las balas rebotan sin mostrar algún daño a mi vehículo, por lo que, de inmediato aceleró para poder amenazarlos con que chocaré con ellos aunque no sea cierto.Los autos de inmediato abren el paso sabiendo que voy en exceso de velocidad en su dirección. Pero, fácilmente me persiguen por toda la pista, mientras yo imploro que los chicos terminen pronto.Como si estuviéramos jugando a perseguir al ratón, yo avanzo rápidamente mientras todos me persiguen intentando alcanzarme al punto en el que chocan la parte de atrás del
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