055. ELLA ES MI MATE
ALDRICCuando llegué a esa plaza y no vi a Valeria, la sangre se me enfrió en el cuerpo.Enseguida la intenté llamar por el vínculo, pero parecía estar muy lejos.Seguí su olor como un demente, hasta que vimos la silla del hijo del Alfa abandonada en un patio interior y algunas personas nos contaron lo que escucharon o vieron.Ella estaba de nuevo en problemas, de imprudente, persiguiendo a un desconocido.Sé que lo hacía por el cachorro, pero arriesgar así su vida y exponerse al peligro, me hace hervir la sangre con ganas de darle unas buenas nalgadas.“Valeria, no te voy a castigar si estás a salvo, juro que ni te voy a reñir, pero por favor, mantente con vida”Le rogaba en mi mente, corriendo a mi máxima velocidad por la manada, casi convertido en mi bestia, dejando atrás al Alfa que me seguía.Sin embargo, al llegar a esa casucha, pude sentir las ratas escapándose por detrás de la casa, pero no tenía tiempo para esos hombres, luego los cazaría.Ahora mismo, el intenso olor a sangr
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